Gracias infinitas Padre Eterno, nos has dado, a Latinoamérica,
tiempo de un respiro para iniciar un camino de pureza y reconstrucción, el 23
de febrero estuvimos casi en las fauces de la bestia, tú lo evitaste, infinita es
tu misericordia, iluminanos, llénanos de
tu sabiduría que da poder solo así
venceremos.-
Todo ese dolor, angustias y
amenazas, nos sirvieron para
aclarar y saber quiénes son nuestros enemigos, a los que nos les importa la
raza humana solo el poder y el oro.-
Se repitió la historia como en Nínive con el profeta Jonás, es
nuestro momento de cambio y así como todo cambia, que yo cambie por fin hacia ti, hacia
el conocimiento divino, en forma individual, no es extraño, es nuestro momento y la
única puerta que nos queda.-
Anamaria.-
Anamaria.-
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