Al menos 5000 personas han sido detenidas y otras 2000 han quedado heridas desde el inicio de las protestas en Chile, afirma una organización pro derechos humanos.
Según informó el miércoles el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile, desde el pasado 17 de octubre se ha constatado la detención de más de 5000 personas y las heridas a otras 1778 en 112 comisarías de la Policía y en 61 centros de salud en el país, agregando que la cantidad de detenidos y heridos podrían ser superiores.
El informe también reveló que entre los detenidos hay 549 niños/as y adolescentes, subrayando que de las diferentes regiones, la Metropolitana de Santiago de Chile, la capital, concentra la mayor cantidad, con 1509 detenidos.
Los días más críticos y violentos fueron el 20 y el 21 del mes de octubre, con 921 y 863 detenidos, respectivamente, así declaró el INDH, además señaló que cinco personas han muerto por la acción de la Policía y las Fuerzas Armadas.
En otra parte del informe, el INDH aseguró que los carabineros han cometido una serie de incumplimientos a los Protocolos para el Mantenimiento del Orden Público, las cuales, según el organismo, incluyen detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza, y empleo de bombas lacrimógenas pese a la presencia de adultos mayores, menores de edad y mujeres embarazadas.
Los carabineros y otros uniformados han disparado con escopetas lanza gases directamente al cuerpo de los manifestantes y perdigones al cuello y rostro, expresó el INDH, y que incluso tres observadores de este organismo fueron víctimas de tales ataques.
La Policía ha reprimido con violencia las protestas que comenzaron con un reclamo estudiantil contra el aumento en la tarifa del metro, ha recurrido al uso de munición real y gases lacrimógenos, que han dejado hasta el momento 23 muertos, según datos oficiales.
Ahora los manifestantes exigen incluso el fin del mandato del presidente, Sebastián Piñera, al que responsabilizan de los problemas económicos debido a sus medidas neoliberales.
Las medidas de austeridad del Gobierno chileno han provocado el peor estallido social desde el retorno a la democracia en 1990, al punto de que la oposición prepara un juicio político contra el mandatario del país.
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