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viernes, 20 de marzo de 2020

Los africanos acusan a los europeos de “coronizar” el continente






Fuentes: Middle East Eye
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
La gran cantidad de europeos a los que se ha diagnosticado coronavirus en África ha provocado polémica y burlas, como un periódico senegalés que se preguntaba si Francia iba a “coronizar” su antigua colonia después de que dos ciudadanos franceses dieran positivo en las pruebas. Con unos 273 casos diagnosticados a fecha del domingo 15 de marzo de 2020, África ha salido relativamente indemne del virus. Sin embargo, los gobiernos africanos están recibiendo fuertes presiones para que prohíban viajar para impedir que los europeos lleven el virus. La situación ha llevado a algunas personas a especular acerca de la aparente inversión de la suerte entre ambos continentes. Un analista declaró a Middle East Eye que resultaba “irónico” que los europeos estuvieran tratando de viajar África cuando a los refugiados y emigrantes africanos prácticamente se les prohíbe entrar en Europa. También se ha señalado que durante la crisis del Ébola muchos países europeos impusieron restricciones de entrada, incluso a países africanos donde no había casos.
Después de que a principios de marzo se supiera en Senegal que dos ciudadanos franceses habían dado positivo en las pruebas para detectar el virus los periódicos senegaleses vieron la oportunidad de relacionar el virus con quejas acerca de la constante influencia política y económica de Francia en su antigua colonia. El periódico senegalés L’evidence se preguntaba en un titular “¿Está Francia coronizando Senegal?” y el subtitular añadía: “¿Trata de esclavos, colonización económica, colonización epidemiológica?”. Debajo había una foto del presidente senegalés Macky Sall y el presidente francés Emmanuel Macron de pie uno al lado del otro. Por su parte, otro periódico senegalés, Rewmi, afirmaba: “Otro francés contaminado”. En Le Pays, un periódico de Burkina Faso, otra antigua colonia francesa, se escribía al informar de dos casos de burkineses que volvían de Italia esta semana: “Si una docena de países en el continente negro han confirmado casos aquí y allá, el hecho es que la mayoría de los casos revelados son de viajeros europeos que viajan al continente africano”.
La comentarista sudafricana de la plataforma de noticias africanas OkayAfrica, Rufaro Samanga, afirmó que aunque los países africanos podían seguir haciendo frente al virus “siempre y cuando mantengamos al resto del mundo fuera”, la dependencia económica respecto a Occidente significa que los gobiernos africanos sean reacios a establecer prohibiciones de viajar. “Los países africanos van a tener menos libertad para prohibir viajar a sus países en comparación con los países occidentales porque somos muy dependientes de cuestiones como los negocios, las inversiones y, en particular, el turismo”, dijo Samanga, que también es becaria de Rodas-Mandela en Epidemiología. “A nuestros gobiernos les podría parecer que deben hacer el juego a los gobiernos de aquellos países en los que hay muchos casos de de coronavirus únicamente para manejar la situación económica”. Pone como ejemplo la decisión de Sudáfrica de mantener sus fronteras abiertas a pesar de que el país se han diagnosticado docenas de casos en medio de las noticias de la semana pasada acerca de que la economía se ha inclinado hacia la recesión. “Creo definitivamente que el componente de salud pública será a veces secundario, especialmente en el caso de los países africanos”, indicó. “Si no lo cortamos de raíz, empezaremos a ver un aumento constante de los casos”. Para Samanga es “irónico”, que aunque los africanos no pueden refugiarse en Estados Unidos o Europa, ahora personas occidentales tratan de viajar a varios países africanos. Aunque los ciudadanos europeos pueden entrar en países como Senegal y Sudáfrica sin visado, poco más que enseñando el pasaporte en el mostrador de inmigración, a la mayoría de los demás ciudadanos africanos se les exige pasar por un proceso de solicitud de visado costoso y opaco con pocas garantías de éxito.
Un informe parlamentario británico publicado el año pasado afirmaba que los africanos tenían el doble de probabilidades de que les denegaran los visados británicos que los solicitantes de otros lugares, como Oriente Próximo. El informe señalaba que había una “falta de equidad procesal” en el proceso de solicitud. 
Pero algunos países, como los ciudadanos del Senegal y Sudáfrica, que son centros diplomáticos regionales, lo tienen más fácil que otros. Los mauritanos tendrían que hacer un viaje de ida y vuelta de 4.000 kilómetros a Marruecos para solicitar un visado británico, además de necesitar un visado para entrar en Marruecos. En todo caso, la opción del visado sólo está abierta a quienes puedan permitírselo y consideren que pueden tener una posibilidad razonable de éxito. En cambio, muchos jóvenes africanos arriesgan sus vidas atravesando la “puerta trasera” (esto es, las traicioneras rutas por mar a través del Atlántico o por tierra a través del desierto del Sáhara) con la esperanza de llegar a las costas de Europa.
Una travesía mortal
Se calcula que desde 2014 han muerto 20.00 personas emigrantes y refugiadas tratando de cruzar el Mediterráneo y según la ONU el viaje por tierras africanas hasta la costa mediterránea es el doble de mortífero.
El 3 de marzo Senegal informó de su tercer caso de coronavirus, una mujer británica de 33 años de edad y miembro del personal de la oficina regional para África Occidental y Central de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Esta oficina, que supervisa un programa de repatriación supuestamente voluntaria de emigrantes africanos que llegan a Europa o que están detenidos en Libia, ha adoptado desde entonces medidas protección. Los grupos de defensa de los derechos humanos han criticado duramente el programa regional de “Retorno voluntario asistido” de la OIM debido a que en realidad no es voluntario puesto que las condiciones a las que se enfrentan las personas emigrantes son tan malas que no les queda más remedio que marcharse.
En su visita el pasado mes de julio a los campos de detención de Libia para personas emigrantes, sobre todo africanas, Vincent Cochetel, enviado especial de la ONU para la emigración en el Mediterráneo, afirmó haber visto a personas que estaban “en los huesos”. Indicó que las condiciones eran comparables a las de los campos de concentración de Bosnia en la década de 1990 y los de Camboya en la de 1970 con los Jemeres Rojos, responsables de la muerte de más de un millón de personas.
Se han dado varias razones para explicar por qué la enfermedad no ha penetrado en África, como el clima caluroso y la población relativamente joven del continente, mientras que algunos se preguntan si un factor es las bajas tasas de detección. Sin embargo, de creer a una serie de publicaciones on line, la razón es que las personas negras son de algún modo más resistentes al virus que las blancas. Un mensaje que circulaba en los países africanos de habla francesa sobre la recuperación de un hombre camerunés que había enfermado en China afirmaba que los médicos chinos habían confirmado que el hombre había sobrevivido porque “los anticuerpos de una persona negra son tres veces más fuertes, poderosos y resistentes que los de una blanca”, una afirmación que ha sido firmemente refutada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido contra una “infodemia” de noticias falsas sobre la propagación del virus en las redes sociales. Rufaro Samanga lo achaca a que los países africanos pueden aprovechar su experiencia previa en la lucha contra enfermedades como el Ébola.
La experiencia africana
Los africanos han tomado la delantera con las medidas preventivas en los aeropuertos, mientras que un laboratorio de innovación senegalés que había elaborado kits de autodiagnóstico para el Ébola está creando ahora otros para el coronavirus.
“Estamos viendo cómo se invierten los papeles”, afirmó Rufaro Samanga hablando con MEE de Johannesburgo, Sudáfrica. “África está la cabeza y Occidente se tambalea, incapaz de contener el brote”. Según el Washington Post, Senegal está haciendo pruebas y ofrece los resultados en cuatro horas, frente a Estados Unidos que tarda una semana.
En el momento culminante de la crisis de emigrantes en Europa algunos medios de comunicación y algunos políticos fomentaron la idea de relacionar a los emigrantes africanos y de otros países con la transmisión de enfermedades. En 2015 se acusó al primer ministro David Cameron de utilizar un lenguaje racista tras calificar de “enjambre” a la gran cantidad de personas que buscaba refugio en Europa.
El periódico español El País ha imaginado un mundo diferente en el que son los europeos (y no los africanos) los que huyen en busca de seguridad a través del Mediterráneo, solo para que se les prohíba la entrada en el norte de África debido al coronavirus. “Imaginen que el contagio del coronavirus se extiende por Europa de manera incontrolada mientras que en el continente africano, por las condiciones climáticas, no tiene incidencia”, se afirma el artículo titulado “La distopía nuestra de cada día”. Viajando en “embarcaciones precarias” a través del Estrecho de Gibraltar, las islas griegas y las costas turcas los emigrantes llegarían a las costas de África para encontrar “las mismas vallas que ellos levantaron, los mismos controles violentos y las fronteras más inexpugnables […]. Las fuerzas del orden norteafricanas dispararían contra los occidentales sin piedad, les gritarían: vete a tu casa, déjanos en paz, no queremos tu enfermedad, tu miseria, tu necesidad”, señala el artículo y continúa imaginando a los emigrantes europeos cayendo víctimas de la extorsión de las mafias que los encierra en “cuarentenas inhóspitas, donde serían despojados de sus pertenencias, de sus afectos, de su dignidad”.
Entre los países en los que algunas personas europeas han dado positivo en las pruebas del virus están Nigeria y Camerún, cuyos primeros casos fueron ciudadanos italianos y franceses, respectivamente. Un noruego fue uno de los primeros dos casos de los que se informó el viernes. Hay casos confirmados de europeos en Argelia, que tiene la segunda mayor cantidad de casos confirmados después de Egipto. En Sudáfrica la mayor parte de los casos se dio un grupo de personas que había vuelto tras esquiar en los Alpes italianos. Mauritania informó de un caso de un europeo sin precisar su nacionalidad al que se le diagnosticó el virus el sábado. Pero a principios de mes un grupo de turistas italianos trató de escapar del confinamiento aunque fueron capturados y enviados a casa. “Se capturó a las 15 personas a 90 kilómetros de [la capital] Nuakchot y fueron conducidas al aeropuerto, desde donde el domingo fueron enviadas a su país a través de Marruecos”, afirmó un portavoz del Ministerio de Salud el 5 de marzo.
Una de las peores tragedias ocurridas a barcos de emigrantes en 2019 tuvo lugar frente a la costa atlántica de Mauritania, cuando un barco que transportaba 62 gambianos naufragó en diciembre camino a las islas Canarias, que forman parte de España. Días después los guardacostas mauritanos interceptaron otro barco que transportaba a casi 200 personas procedentes de la diminuta nación de África occidental.
Amandla Thomas-Johnson es un periodista de Dakar, Senegal, que ha trabajado en documentales para Vice News, Channel 4 Dispatches, Aljazeera y BBC Radio 4.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.

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