El movimiento yemení Ansarolá ha emergido como un actor clave dentro del denominado Eje de Resistencia, un término utilizado para referirse al grupo de estados y actores no estatales que se oponen a la hegemonía occidental, específicamente a la presencia estadounidense y sionista en la región.
Su relevancia se ha consolidado gracias a sus acciones en el Mar Rojo, donde ataca a todas las embarcaciones con destino a puertos israelíes, sin importar su nacionalidad.
El grupo yemení, a través de Ali al-Qahoum, miembro del consejo político de Ansarolá, afirmó claramente que estas acciones persistirán "hasta que Gaza reciba la comida y medicinas necesarias". En una entrevista con la televisión libanesa Al Mayadeen, Al-Qahoum también añadió que el grupo "no abandonará la causa palestina, sin importar las amenazas provenientes de Estados Unidos, Israel u otros países occidentales".
El respaldo de Yemen a Palestina desde el inicio de la agresión genocida en Gaza ha sido firme. Además de las acciones mencionadas anteriormente de ataque a buques, el grupo también llevó a cabo una serie de lanzamientos de misiles dirigidos hacia la Entidad Sionista.
Desde una perspectiva estratégica, las acciones de Ansarolá están teniendo un impacto considerable. Desde el 15 de diciembre, después de un ataque con drones y misiles balísticos a dos buques mercantes, cuatro de las mayores compañías navieras a nivel mundial, que representan más del 50% de la capacidad de envío de contenedores a nivel global, han suspendido sus travesías a través de Bab al-Mandeb, el estrecho pasaje en el extremo sur del Mar Rojo.
Desde un punto de vista discursivo, el apoyo del grupo yemení se inscribe en una tradición de larga duración, manifestada en el lema principal del movimiento, que incluye la frase "Muerte a Israel". Este enunciado opera de manera similar a la conocida expresión en farsi "Marg bar Amrika", traducida como "muerte a los Estados Unidos". Ambas frases sirven como significantes políticos dentro de un discurso antioccidental y buscan transformar las bases del poder político en la región. En otras palabras, estas expresiones no deben interpretarse literalmente, como a menudo lo hacen algunos analistas; más bien, son manifestaciones políticas que denuncian una ideología racista y colonial representada por los significantes de Israel y Estados Unidos.
El apoyo a Palestina ha sido constante en Yemen desde la década de 1960. Sin embargo, a partir de 2015, con la operación conjunta entre Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí contra Ansarolá, se produjo un cambio significativo que revela la dinámica del respaldo palestino en el complejo panorama político de Yemen. Por un lado, las facciones respaldadas por las monarquías del Golfo Pérsico mantuvieron estrechos lazos con la Autoridad Palestina de Mahmud Abás, mientras que Ansarolá optó por respaldar a los grupos de resistencia palestina, particularmente a HAMAS y la Yihad Islámica.
Políticamente, esta división refleja las dos posturas existentes en la región respecto a la cuestión palestina. Por un lado, países como Arabia Saudí y Emiratos mantienen una posición cercana tanto a Estados Unidos como a la Entidad Sionista. En agosto de 2020, Emiratos ratificó los llamados "Acuerdos Abraham", lo que significó la "normalización" de relaciones con Israel. Aunque Arabia Saudí aún no ha "normalizado" sus relaciones con Israel, su inclinación prooccidental y su postura anti-Eje de Resistencia pueden ser interpretadas como una traición a la causa palestina y a sus aspiraciones anticoloniales.
Por otro lado, Ansarolá, como se ha explicado anteriormente, interpreta la región desde una perspectiva de descolonización, reconociendo que la presencia del paradigma occidental es una fuente de inestabilidad y opresión. En el caso yemení, al igual que en el palestino, esta opresión se manifiesta como genocidio con respaldo occidental. En un lenguaje más político, se podría afirmar que en Yemen, al igual que en el resto de Muslimistán, existe una opresión epistémica generada por el discurso occidental, y además, existe una opresión óntico-material en forma de destrucción, muerte y condiciones de vida peores que la muerte. Evidentemente, ambas formas de opresión están interrelacionadas, siendo la opresión epistémica la que facilita la opresión material.
Este enfoque permite comprender que los actuales intentos de Estados Unidos para obligar a Ansarolá a levantar su bloqueo marítimo sobre Israel ignoran por completo sus motivaciones políticas e incluso emocionales: están respondiendo bloqueo con bloqueo. Ansarolá ha condicionado el levantamiento de su bloqueo al cese del asedio en Gaza, una situación de brutalidad constante que el pueblo yemení conoce muy bien.
Insinuar, como hacen varios analistas, que la respuesta de Yemen se debe a su presunto papel como "proxy" iraní es no comprender la centralidad de Palestina en un discurso que podríamos denominar islámico y que percibe la región como una lucha entre la justicia (aql en gramática islámica) y la creación de un sistema ilegítimo (batil). Además, reducir el papel de Ansarolá a ser un "proxy" iraní no tiene en cuenta las afinidades discursivas entre este grupo y el resto de los grupos y estados integrantes del Eje de Resistencia. La única utilidad de este tipo de análisis es imponer una perspectiva occidental en la región y aplicar una división entre amigos y enemigos que en nada favorece a Muslimistán y su autonomía. En otras palabras, reducir a Ansarolá a un "proxy iraní" intenta eliminar la ecuación ummática del análisis y solo beneficia al discurso occidental, que es responsable de la ocupación colonial sionista en Palestina.
La solidaridad de Yemen con Palestina, en particular, así como la solidaridad ummática que fundamenta el Eje de Resistencia, puede explicarse citando a la académica Sara Ahmed, quien sostiene que “la solidaridad implica compromiso y trabajo, así como el reconocimiento de que, aunque no tengamos los mismos sentimientos, ni vivamos las mismas vidas, ni tengamos los mismos cuerpos, sí compartimos un terreno común”. Este terreno común se refiere al ámbito político que opera como un discurso que define los límites entre lo justo y lo injusto, entre lo humano y las prácticas deshumanizadoras.
Por XAVIER VILLAR
https://www.hispantv.com/noticias/yemen/576952/apoyar-gaza-bloqueo
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