La pareja de la activista turco-estadounidense asesinada por Israel rechaza los comentarios del presidente Biden, quien calificó su muerte como “un accidente”.
“Recibió un disparo letal en la cabeza, proveniente de un francotirador israelí ubicado a 200 metros de distancia. Esto no fue un accidente, y su asesino debe rendir cuentas”, afirmó Hamid Ali, pareja de Aysenur Ezgi Eygi, el martes en un comunicado.
Eygi, de 26 años y con doble nacionalidad turca y estadounidense, fue asesinada por fuerzas israelíes durante una protesta el viernes contra los asentamientos ilegales en la localidad de Beita, en la Cisjordania ocupada.
Ali añadió que Aysenur estaba “manifestándose pacíficamente, defendiendo la justicia como observadora internacional y testigo del sufrimiento del pueblo palestino”.
Además, criticó la falta de acción por parte de la Casa Blanca. “Llevamos cuatro días esperando que el presidente Biden haga lo correcto: que nos llame, nos ofrezca sus condolencias y nos informe que ha ordenado una investigación independiente sobre el asesinato de Aysenur”, señaló.
La declaración de Ali se produjo tras las palabras de Biden a la prensa, en las que afirmó: “aparentemente fue un accidente, (la bala) rebotó en el suelo, y ella fue impactada por accidente”.
Anteriormente, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, describió el asesinato de Eygi como “no provocado e injustificado”, y afirmó que es “inaceptable”.
Por su parte, el Gobierno palestino condenó enérgicamente la “brutal ejecución” de la activista estadounidense, agregado que su asesinato “es parte de los crímenes perpetrados por la ocupación israelí contra el pueblo palestino, incluido el genocidio, el desplazamiento forzoso y el ataque contra personas que muestran su solidaridad con la causa palestina”.
Nacida en Antalya, Turquía, en 1998, Eygi se mudó a Estados Unidos con su familia cuando era niña y se graduó en junio de la Universidad de Washington, donde estudió psicología y lenguas y culturas del Medio Oriente.
Llegó a Cisjordania el martes pasado para ofrecerse como voluntaria con el Movimiento Internacional de Solidaridad (ISM), apoyando y protegiendo a los agricultores palestinos.
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