Nigeria, con una población de más de 170 millones de habitantes, de los cuales más del 60 por ciento son musulmanes, es el país más poblado de África.
Este país africano tiene fuertes relaciones de seguridad, militares y comerciales con el régimen sionista; los guardaespaldas del presidente nigeriano son tradicionalmente entrenados por oficiales del Mossad.
Nigeria es uno de los mayores socios comerciales de Israel en África. El bajo nivel de experiencia de los expertos nigerianos junto con el bajo nivel de tecnología en este país ha abierto el mercado de este país africano a las empresas privadas del régimen israelí que han firmado cientos de contratos en varios campos.
Michael Freeman, el embajador de Israel en Nigeria, dijo que el volumen de comercio bilateral entre el régimen de Tel Aviv y Abuja está entre 200 y 250 millones de dólares por año.
El mercado nigeriano, junto con los de otros cinco países africanos, Etiopía, Sudáfrica, Ghana, Kenia y Uganda, representa casi el 75 % de las exportaciones de Israel a África y, según informes israelíes, la cantidad de inversiones y exportaciones israelíes en Nigeria en 2022 fue de unos 105 millones de dólares.
El volumen de comercio entre Israel y Nigeria de 2011 a 2021
Actualmente, Nigeria es uno de los 14 países africanos donde famosas empresas sionistas están involucradas en proyectos de telecomunicaciones. Las empresas sionistas también están activas en los campos cultural y social del país africano.
Los judíos “igbo” en Nigeria se llaman a sí mismos "igbo, hijos de Israel” y creen que emigraron de Palestina a África Occidental hace 1500 años y sus orígenes se remontan a las tres tribus de Gad, Zabulón y Manasés.
Según informes israelíes, los igbo usan la escritura hebrea dentro de sus templos y tienen fuertes conexiones con los judíos estadounidenses, especialmente los judíos de “Boston”.
Las costumbres de los judíos nigerianos en cuanto a comer y beber, halal y prohibido, fiestas, oraciones y órdenes religiosas se basan en la Sharia judía.
Algunas estadísticas sitúan el número de judíos nigerianos en alrededor de 4000; Sin embargo, algunas fuentes afirman cifras superiores y afirman la presencia de al menos 30000 judíos en este país.
Moshe Ram, exembajador de Israel en Nigeria, es la clave de la influencia del régimen de ocupación en Nigeria. En 2007, fue elegido embajador de este régimen en Nigeria y ha desempeñado un papel importante en la mejora del nivel de las relaciones entre este régimen y Nigeria.
Además de Nigeria, jugó un papel fundamental en la influencia de Israel en África Occidental y fue considerado como el pilar principal y clave del régimen israelí en este sentido. Actualmente, Michael Freeman es el embajador del régimen en Nigeria.
En 2006, se llevó a cabo la primera reunión de empresarios sionistas y nigerianos en Abuja, la capital de Nigeria, y en el mismo año, los ministros de Relaciones Exteriores de las dos partes firmaron un memorando de entendimiento, según el cual estaban obligados a apoyar a la otra parte en foros internacionales.
Cuando Goodluck Jonathan llegó al poder en Nigeria en 2010, las relaciones entre las dos partes aumentaron al más alto nivel y Nigeria se convirtió en el vigésimo socio comercial de Israel en términos de exportaciones.
De 2012 a 2013, el volumen de las exportaciones de Nigeria al régimen sionista aumentó de 165 millones de dólares a 276 millones de dólares. Se intercambiaron decenas de delegaciones políticas y económicas de alto nivel entre Nigeria e Israel. La organización de cooperación internacional de Israel MASHAV llevó a cabo decenas de proyectos y planes de construcción en diferentes partes de este país.
Rol de Israel en reprimir los musulmanes en Nigeria
Además, el régimen de Tel Aviv tiene fuertes conexiones con la tribu Igbo que vive en la región oriental de Nigeria y, a través de ellos, ejerce presión sobre el gobierno central y la mayoría de los musulmanes, especialmente los chiíes en Nigeria, porque las posiciones políticas más importantes de los musulmanes y del Movimiento Islámico de Nigeria es enfatizar la ruptura de las relaciones entre Nigeria y el régimen sionista.
Por lo tanto, en los últimos años, Tel Aviv y Washington han buscado mantener gobernantes dependientes en Nigeria, crear espacio para la maniobra de poder de Boko Haram y medidas más estrictas contra el líder musulmán del país, el sheij Ibrahim al-Zakzaky.
A fines de 2015, cuando Al-Zakzaky insistió en sus demandas de cortar los lazos con Israel en una carta al gobierno central, la respuesta del gobierno fue derramar la sangre de unos 1000 musulmanes y destruir la Hussainiyya Baqiyatolá en Zaria, a lo que medios extranjeros boicotearon la publicación de noticias y reportajes sobre este crimen, e ignoraron los informes de la organización Human Rights Watch al respecto. Como resultado de este incidente, Al-Zakzaky también fue encarcelado por el ejército nigeriano y la actividad de los chiíes fue prohibida en este país.
El 28 de julio de 2021, Al-Zakzaky y su esposa fueron absueltos de todos los cargos después de 6 años de prisión, pero las condiciones de Nigeria en estos días muestran que a pesar de la liberación del líder musulmán y su esposa de prisión, la presión contra el Movimiento Islámico y los musulmanes en Nigeria continúa.
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