Mientras los gobernantes europeos se quedan de brazos cruzados, la islamofobia viene a galope y ahora se pone de moda en Europa insultar a las santidades islámicas, a plena luz del día.
En las últimas semanas, en incidentes separados en Suecia y Dinamarca, el libro sagrado de los musulmanes ha sido blasfemado por parte de elementos extremistas con la autorización de las autoridades de estos países europeos, cuyos gobiernos han justificado tales insultos como “libertad de expresión”.
Estos hechos han provocado la inmediata reacción de los países musulmanes que llamaban al mundo a condenar los actos islamófobos y amenazaban decididamente con boicotear los productos daneses y suecos.
Este miércoles, tras casi un mes desde ocurrida la primera quema del Corán en Suecia, el bloque europeo, a través de su representante de Política Exterior, Josep Borrell, se ha pronunciado sobre los reiterados agravios contra el libro sagrado de los musulmanes.
“La profanación del Corán, o de cualquier otro libro considerado sagrado, es ofensiva, irrespetuosa y una clara provocación. Las expresiones de racismo, xenofobia y formas conexas de intolerancia no tienen cabida en la Unión Europea”, ha subrayado Borrell en un comunicado.
El exministro socialista español deja claro también el “rechazo enérgico y decidido” de los Veintisiete a cualquier forma de incitación al odio religioso y la intolerancia, aunque defiende que Europa es un lugar en el que se “sigue defendiendo la libertad de religión o creencia y la libertad de expresión”. “No todo lo que es legal es ético”, matiza.
Además de la ira manifiesta de la comunidad islámica que ha salido a las calles a condenar las profanaciones a sus santidades, organizaciones y gobiernos también sopesan medidas. A solicitud de Irán, la Organización de Cooperación Islámica (OCI) ha convocado para el próximo lunes una reunión emergencia de cancilleres miembros para abordar las ofensas contra el libro sagrado de más de dos mil millones de musulmanes del mundo.
Para el politólogo Luis Javier Ruiz, estos actos blasfemos contra el Corán son los más recientes episodios de una guerra contra el Islam que inició en 2001, cuando Estados Unidos, a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), asoció a los fieles de esta religión con el terrorismo.
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