Martes, 27 de Noviembre de 2012 03:31
“Consideramos una burla contra el pueblo de México que Felipe
Calderón haya venido a Sonora a inaugurar el acueducto Independencia,
pues tenemos amparos que señalan que se debe detener su construcción”,
señala desde Sonora Mario Luna, autoridad tradicional yaqui.
Un clima de tensión se vive en la
ciudad de Vícam, Sonora, que desde la madrugada de ayer se encuentra
sitiada por 40 patrullas con cerca de 150 elementos de la policía
federal y estatal. El pueblo fue rodeado luego de que la tribu yaqui
anunció que se manifestaría en la carretera internacional contra la
presencia del presidente Felipe Calderón Hinojosa en Sonora, para
“inaugurar” el acueducto Independencia.
“No podíamos pasar por alto esta
situación y decidimos bloquear la carretera internacional. El gobierno
respondió enviando policías a todas las entradas de Vícam Estación, y
desde la madrugada de ayer ha estado el pueblo sitiado por elementos de
la policía federal y de la policía estatal investigadora”, explica Mario
Luna, autoridad tradicional de la tribu yaqui, en entrevista con Desinformémonos.
A pesar de la intimidación del Estado,
“nos manifestamos de forma pacífica en la carretera alrededor de 800
personas y estamos invitando a la gente a que no caiga en actitudes
provocadoras. Hasta el momento no ha habido ningún enfrentamiento”,
detalla Luna desde Sonora.
El pueblo yaqui decidió hacer una
manifestación “más enérgica que los comunicados” para mostrar su rechazo
al acueducto recién inaugurado por Calderón Hinojosa, pues, señalan
“consideramos este acto como una burla contra el pueblo de México, y en
especial contra la tribu yaqui, porque tenemos amparos que señalan que
se debe detener la construcción”.
La presencia de Felipe Calderón en
Sonora, para inaugurar una obra que ni siquiera está concluida “deja
claros los intereses que están detrás de la clase política”, explica
Mario Luna y puntualiza que “lo que se hizo fue un teatro, pues el
acueducto no está conectado a la presa del Novillo –ubicada en la cuenca
del río Yaqui–, porque la tribu tiene un amparo que impide que se
extraiga el agua de allí”. Además, los reservorios para el vital líquido
y un acuiférico, que rodearía la ciudad “ni siquiera se han empezado a
construir”.
Desde hace más de dos años, el pueblo
yaqui resiste contra la construcción del acueducto Independencia,
proyecto principal del programa Sonora Sistema Integral promovido por el
gobierno panista de Guillermo Padrés Elías, con el que se pretende
desviar agua de la presa El Novillo hacia la capital del estado para
fines industriales.
Siguiendo los conductos legales que
marca la Constitución, el pueblo yaqui obtuvo triunfos en el área
judicial: una medida cautelar preventiva a favor de la demanda de
restitución de aguas otorgada por el Tribunal Unitario Agrario 35 de
Ciudad Obregón, que prohibía “el desvío de caudales de cualquier índole
fuera de la cuenca del río Yaqui en tanto no hubiera sido resuelto el
conflicto de aguas”, y un amparo contra la licitación del acueducto que
ordena parar las obras, otorgado por un juzgado de distrito a los
productores agrícolas del valle del Yaqui y ratificado por un tribunal
colegiado.
A pesar de las disposiciones judiciales,
la construcción del acueducto Independencia —que costará casi cuatro
mil millones de pesos y tendrá una longitud aproximada de 175
kilómetros— continúa avanzando, por lo que “el gobernador Guillermo
Padrés Elías está incurriendo en desacato”, asegura Mario Luna.
En estos momentos, se encuentran
reunidos en la guardia tradicional de Vícam representantes del pueblo
yaqui, movimientos ciudadanos, ganaderos y agricultores para decidir las
acciones que seguirán para defender el agua del río Yaqui, pues “no
estamos dispuestos a servir al gobierno de comparsa”, aseguran desde
Sonora.
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