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En los últimos días han tenido lugar en varios acontecimientos
en lo tocante a la crisis siria que indican una aceleración de los
contactos entre los países de la región y fuera de ella para tratar de
lograr una solución política al conflicto.
Estos
contactos dieron comienzo el pasado 19 de junio con la visita del hijo
del rey saudí, Mohammad bin Salman, que ocupa los cargos de ministro de
Defensa y segundo príncipe heredero, a Moscú. Esta visita tuvo lugar en
el contexto de una agudización del conflicto de Yemen, que se ha
convertido en una peligrosa y ruinosa ciénaga para los saudíes.
Al
mismo tiempo, algunos expertos han percibido una progresiva pérdida de
control por parte de Arabia Saudí de los terroristas que ha patrocinado
en Siria, Iraq y otros países. Existe también un alto nivel de
frustración en los líderes saudíes por ver el fracaso de sus planes
dirigidos a derrocar al gobierno del Presidente Bashar al Assad.
Este
momento fue el escogido por el Presidente ruso, Vladimir Putin, para
promover su visión para una solución global de los conflictos de la
región.
Putin confirmó a Bin Salmán el firme apoyo de Rusia a
Siria bajo el liderazgo de Bashar al Assad y le explicó su visión de la
realidad sobre el terreno en Siria, donde el Ejército sirio mantiene una
clara ventaja en el campo de batalla. El presidente ruso afirmó la
existencia de un triángulo de seguridad saudí-sirio-egipcio y dijo que
si los terroristas logran desbordarlo, ellos invadirán toda la región y
llegarán a Europa y Asia Central. Al final del encuentro, el príncipe
saudí expresó su aprobación a una iniciativa rusa para mediar entre Riad
y Damasco.
Diez
días más tarde, el 29 de junio, tuvo lugar la visita a Moscú del
ministro sirio de Exteriores, Walid Muallim, de su adjunto Faisal al
Mekdad y de la consejera de medios del presidente Assad, Buzaina
Shaaban. Fue entonces cuando Putin habló de una colaboración entre los
países de la región, incluyendo Arabia saudí, contra el terrorismo. La
delegación siria no pudo ocultar su sorpresa. Esto llevó a decir a
Muallim que esto precisaría de un "milagro".
Pero Putin insistió
en que esta demanda fuera transmitida a su homólogo sirio. Sólo tres
personas estaban al corriente de esto: Assad, Muallim y el jefe de la
Seguridad Nacional de Siria, mayor general Ali Mamluk.
Según el
periódico Al Akhbar, los servicios de inteligencia rusos fueron los
encargados de comunicarse con Mamluk al que expresaron el interés que
los saudíes por celebrar un encuentro. Estos últimos sólo plantearon una
condición: que la reunión tuviera lugar en Riad, algo que Damasco no
rechazó.
Al
cabo de algunas semanas, Mamluk viajó a Riad a bordo de un avión ruso y
se reunió allí con Bin Salmán en presencia del jefe del servicio de
Inteligencia saudí, Saleh al Hamidan.
Al Akhbar señaló que un
responsable ruso abrió el encuentro pronunciando un discurso sobre la
coyuntura en la región, el peligro del terrorismo y la necesidad de
confrontarlo.
A continuación tomó la palabra Mamluk. Él señaló
que el terrorismo es una amenaza para toda la región y se aproxima al
territorio saudí.
Él achacó también la entera responsabilidad de
lo que pasa en Siria a Arabia Saudí y otros países por su apoyo al
terrorismo y su financiación del mismo y acusó al régimen saudí de haber
incitado a deserciones en el Ejército sirio. Él lamentó el cambio
producido en la política de Arabia Saudí con respecto a épocas pasadas y
que este país hubiera seguido la vía de Qatar, cuyo papel ha sido
totalmente destructivo en países como Túnez, Libia, Egipto y otros
estados.
La situación del Ejército sirio mejora sobre el terreno y
nadie espera ahora poder lograr el derrocamiento del Presidente Assad,
ni siquiera Arabia Saudí. De este modo, el terrorismo obliga ahora a
todos los países a colaborar frente al enemigo común, señaló Mamluk, que
concluyó manifestando su esperanza en un cambio de postura de Arabia
Saudí.
El príncipe heredero pareció convencido, bien aunque le
pese, que el régimen sirio va a perdurar. Esto animó al visitante a
proponerle un encuentro con un alto responsable sirio, algo que Bin
Salmán pareció aceptar.
Por su parte, Ben Salman dijo que el
problema de Arabia Saudí con Siria es que este país "ha marchado durante
mucho tiempo detrás de Irán, contra el que mantenemos una gran
confrontación a nivel de la región, y forma parte de la alianza iraní".
"En el Líbano, habéis seguido a Hezbolá, que gravita en la órbita de
Irán y controla el Líbano para hacer que este país se convierta en un
protectorado iraní", afirmó Bin Salmán. Él deseó, sin embargo, que su
encuentro con Mamluk fuera “un preludio” y que “nos escuchemos los unos a
los otros".
Los dos protagonistas se pusieron de acuerdo en
proseguir sus contactos, aunque sin designar ningún representante para
ello por el momento.
La pasada semana, una delegación de los
Emiratos Árabes Unidos visitó Damasco, en lo que parece una reactivación
de los canales de contactos entre los gobiernos sirio y emiratí desde
hace cuatro años. Parece ser también, según Al Akhbar, que Mamluk ha
visitado varias veces Abu Dhabi en estas últimas semanas y ha recibido a
numerosos visitantes de los EAU en Damasco.
Encuentro en Mascate
El
siguiente paso ahora parece ser un encuentro tripartito en Mascate,
capital de Omán, entre los ministros de Exteriores de Siria, Walid
Muallim; Irán, Mohammad Yavad Zarif y Arabia Saudí, Adel al Yubeir.
Los
sirios están convencidos de que la necesidad que tiene Arabia Saudí de
tales contactos es mayor que la de Siria. En este sentido, Muallim puso
como condición para que Siria aceptara el encuentro de Mascate que éste
sea público y que muestre la voluntad de los saudíes de detener su apoyo
al terrorismo en varios niveles. La parte siria parece a cambio
dispuesta a transmitir a los saudíes información pertinente a la
seguridad en su país.
Irán, por su parte, apoya esta iniciativa y
está interesado en proponer la creación de un Grupo de Soluciones para
la región con el fin de luchar y eliminar el terrorismo en la misma y
buscar soluciones pacíficas a los conflictos.
En este contexto
también, el jefe de la Inteligencia de Arabia Saudí podría visitar
Damasco a finales de agosto, según fuentes bien informadas.
No
cabe duda de que una de las razones de la visita será la de obtener
información sobre los saudíes que actúan en Siria. Más de 200 de ellos
están encarcelados por las autoridades sirias y otros 700 se han unido a
los grupos militantes que luchan contra el Ejército.
Todos estos
esfuerzos diplomáticos podrán tener éxito o no. Sin embargo, parece que
los norteamericanos y europeos han dejado en manos de Rusia los
esfuerzos de mediación entre saudíes, por un lado, y sirios e iraníes,
por otro. En este contexto, se espera antes de fin de año la visita del
rey saudí, Salman bin Abdulaziz al Saúd, a Moscú. Esto es visto como
otro esfuerzo suplementario más de Rusia para favorecer el proceso de
acuerdos políticos en la región.
http://www.almanar.com.lb/spanish/main.php |
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Source: Sitio de Al Manar en Español
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06-08-2015 |
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