
Por Alberto García Watson, Resumen de Medio Oriente, 8 de julio de 2025.
El objetivo, nos dicen, es ofrecer “refugio seguro” a cientos de miles de gazatíes que, ¡oh sorpresa!, casualmente ya no tienen hogar porque el ejército israelí los redujo a polvo humanitario en nombre de la seguridad.
Pero tranquilos: no es limpieza étnica, es gestión demográfica proactiva. Porque si algo ha demostrado la historia es que cuando un Estado empieza a encerrar a un pueblo entero en zonas valladas “por su seguridad”, y luego propone su traslado masivo a otro lugar, los resultados siempre son… digamos… históricamente infaustos.
Sí, cuesta decirlo sin que duela: el mundo ya vio esta película. En los años 30 y 40, un régimen supremacista europeo con una obsesión racial parecida descubrió la utilidad de las “relocalizaciones temporales”. Primero guetos, luego trenes, luego campos. Y también entonces se usaban palabras como “orden”, “reorganización” y “soluciones”. No eran vacaciones. Tampoco lo será esta versión levantina del horror.
Claro, Netanyahu no necesita trenes: tiene drones, bulldozers y propaganda digital. No hace falta ocultar la intención: basta con llamarla “humanitaria”. El objetivo sigue siendo el mismo: vaciar un territorio de su población originaria para hacerlo habitable para otros. Colonos. Elegidos. Preferidos.
Y mientras tanto, los gazatíes, más de dos millones de personas desplazadas forzosamente dentro de una franja sitiada, son tratados como carga logística incómoda: bolsas humanas que deben reubicarse “temporalmente” en Egipto, Jordania o la nebulosa nada. ¡Pero con cariño, eh! Con tiendas de campaña, agua cada tres días y atención médica para los que sobrevivan a los bombardeos quirúrgicamente humanitarios.
Y Europa, por supuesto, asiente con solemnidad. Nunca hay que subestimar la capacidad del Viejo Continente de cerrar los ojos ante la limpieza étnica… si se hace con traje, narrativa y lobby. Los mismos gobiernos que cada 27 de enero (Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto) juran que nunca más “never again, jamais plus, niemals wieder” se contentan ahora con balbucear que “Israel tiene derecho a defenderse”, incluso si eso implica exterminar la presencia palestina del mapa.
No. No se trata de comparar lo incomparable. No se trata de trivializar el Holocausto. Se trata de señalar que los mecanismos de deshumanización, hacinamiento, despojo y desplazamiento, cuando se repiten, deben encender todas las alarmas de la historia. Y hoy, en Gaza, suenan con una intensidad insoportable.
Así que celebremos, con la lucidez del sarcasmo, este gran avance en arquitectura militar: un campo de concentración sin alambradas visibles, donde se confunde el refugio con el encierro y la ayuda con el desarraigo. Una “solución final” en cómodas cuotas, transmitida en directo por redes sociales, envuelta en eufemismos y patrocinada por el silencio occidental.
Porque al final, la gran innovación de esta época no es tecnológica, es semántica: poder llamar humanitario a lo inhumano, y paz a la expulsión sistemática de un pueblo entero.
__________________________________________________
- Una startup es una empresa de reciente creación, que se basa en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para comercializar sus productos o servicios.
Israel planea encerrar a toda la población de Gaza en una “ciudad” levantada sobre las ruinas de Rafah, en el sur de la Franja
- A los residentes no se les permitiría salir, según ha informado el periódico israelí Haaretz citando al ministro de Defensa, que dice que la construcción de la “ciudad” empezaría durante los 60 días del alto el fuego que se está negociando actualmente

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha anunciado este lunes en una rueda de prensa recogida por medios locales que ha dado instrucciones al Ejército para que preparen un plan para establecer una nueva “ciudad humanitaria” en las ruinas de la urbe de Rafah, en el extremo sur de la Franja, donde pretende concentrar a toda la población gazatí.
Según Katz, esta nueva zona humanitaria albergaría inicialmente a unos 600.000 palestinos que malviven en la zona costera de Mawasi cercana a Rafah, a la que han ido llegando en estos meses tras ser desplazados forzosamente por el Ejército de otros puntos del enclave.
Una vez dentro, a los residentes no se les permitiría salir, según informa el periódico israelí Haaretz citando al ministro. Katz ha señalado que la construcción de la “ciudad” empezaría durante los 60 días del alto el fuego que se está negociando actualmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario