PIA.- Dos campesinos fueron baleados por la Policía de Paraguay el sábado por resistirse a fumigación de plantaciones de soja en el departamento de Canindeyú. La persecución y la criminalización avanzan conforme se expanden los latifundios, los sojales y los negocios transgénicos en una alianza entre el Gobierno Nacional de Horacio Cartes y los capitales privados nacionales y transnacionales.
Herminio Enríquez y Pablino Rojas fueron atacados con armas de fuego por las fuerzas represivas, luego fueron detenidos y sometidos a golpizas y tratos criminales. De acuerdo con los campesinos, fueron detenidas otras tres personas sin mediar justificativos ni órdenes judiciales.
“Todos los sectores democráticos deben inquietarse con la práctica abusiva, criminal e impune de la Policía. Nuestros compañeros campesinos son tratados como criminales y los heridos infrahumanamente, con ensañamiento, y no podemos dejar sin opinar sobre esa extralimitación. La sociedad democrática y las organizaciones tenemos que ponerle límite a esto”, destacaron desde la Federación Nacional Campesina.
Desde el último ataque policial contra los campesinos, se llevan a cabo protestas frente al Ministerio del Interior en Asunción y en dependencias policiales en distintos departamentos del país como San Pedro, Caaguazú, Canindeyú, Itapúa, Guairá y Concepción. Desde la FNC anunciaron que realizarán una movilización el presente miércoles frente a la sede de la Comandancia.
El fiscal a cargo de la denuncia, José Zarza, protegió a los policías y sostuvo que habían sido emboscados por los militantes que pretendían evitar que sus compañeros fuesen detenidos, ante lo cual se efectuaron los disparos, según reseñó el portal de noticias Paraguay. “Ante cualquier denuncia de los sojeros los fiscales ya imputan a los campesinos, sin hacer siquiera un intento de investigación”, denunciaron desde la FNC.
Los campesinos paraguayos resisten contra la sojización y las fumigaciones que avanzan contra sus tierras y cultivos a la vez que envenenan las fuentes de agua. El modelo agroexportador que hoy impulsa el presidente Horacio Cartes expulsa y excluye a miles de productores y sus familias a lo largo de todo el país a la vez que garantiza el saqueo de los recursos naturales. Con respecto a las fumigaciones, desde la FNC denunciaron las agresiones de los agrotóxicos contra la salud: afecciones respiratorias, daños a la piel, malformaciones y brotes cancerígenos.
“Los diferentes gobiernos de turno (…) siguen enfocando su política sólo hacia los grandes productores, los agroexportadores, los ganaderos (…) . La lucha por la tierra es una lucha por el desarrollo nacional y por la soberanía de nuestro país”, enfatizaron desde la Federación Campesina. En ese marco, denunciaron que los grandes propietarios acaparan más del 85 por ciento de la tierra mientras que los pequeños productores sólo tienen el 2 por ciento.
En ese marco, el Gobierno de Cartes profundiza la militarización forma parte de la política de desplazamiento de las comunidades campesinas a partir de la violencia y el despojo en beneficio de los capitales privados, el sector financiero, los tenedores latifundistas de la tierra y las empresas transnacionales vinculadas a agronegocios.
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