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sábado, 21 de diciembre de 2024

Bangladesh-India, márgenes calientes

Guadi Calvo*, Resumen Latinoamericano, 20 de diciembre de 2024.


Desde la caída de la Primer Ministro, Sheikh Hasina, en agosto pasado, tras quince años
en el poder (ver: Bangladesh, jaque mate a la reina), las únicas dos fronteras del país se
han tornado en márgenes extremadamente calientes.

La principal de esas fronteras, es con India, con poco más de los cuatro mil kilómetros,
la que prácticamente rodea, por completo al país por el norte, el noreste y el noroeste.
Mientras que, al sureste, la frontera con Birmania, país inmerso en una guerra civil, que
tarde o temprano traerá consecuencia a Bangladesh, no alcanza los doscientos
kilómetros.

Tradicionalmente, con India, y particularmente a lo largo del mandato de Hasina, ambas
naciones habían podido articular sus relaciones, al punto de que Dhaka se convirtió en
un socio estratégico y un aliado clave para la seguridad fronteriza de Nueva Delhi, lo
que lo ha llevado a beneficiarse económicamente.

Aunque a partir del golpe de agosto, India vive un creciente malestar con su vecino, por
las constantes denuncias sobre la creciente inseguridad que viven los hindúes, la
principal minoría religiosa del país, con cerca de un ocho por ciento, frente a una
abrumadora mayoría islámica, que representa el noventa por ciento de los 173 millones
de bangladesíes. El gobierno interino, liderado por el premio Nobel de la Paz 2006,
Muhammad Yunus, ha negado, sistemáticamente, las acusaciones indias.

Las tensiones comenzaron a escalar cuando a finales de noviembre fue detenido el
monje hindú Chinmoy Krishna Das en Dhaka con cargos de sedición por haber faltado

el respeto a la bandera nacional durante una manifestación en la ciudad de Chittagong,
al sur del país, en octubre pasado.

A partir de este arresto, los cruces entre Nueva Delhi y Dhaka han ido en aumento, que
incluso han generado manifestaciones con choques callejeros en la capital bangladesí,
las que hasta ahora han dejado un muerto, el fiscal Saiful Islām Alif, asesinado en plena
calle a golpes de machete por denegar la libertad bajo fianza de Das. La policía afirma
haber detenido a seis personas involucradas en ese crimen.

Chinmoy Das es un activo militante de la causa hindú en Bangladesh, que a partir del
golpe contra Hasina conformó varios grupos de resistencia al desplazamiento y a la ola
de ataques contra diferentes blancos hinduistas, lo que lo llevó a organizar importantes
manifestaciones en distintas ciudades del país.

Das es además el portavoz de la más importante de las organizaciones hindúes de
Bangladesh, la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON),
entidad que dio a conocer su arresto, por ser de ser: “firme defensor de la protección de
las minorías”.

El ISKCON, el trece de agosto, presentó una lista de ocho puntos de demandas que
incluían leyes para la protección de las minorías, y la creación de un tribunal especial
para juzgar este tipo de ataques y un “Ministerio de Asuntos de las Minorías”.

Las políticas antihindúes, que han comenzado a generarse en Bangladesh tras la salida
de Hasina, es porque se la ha vinculado históricamente con India, donde además se
encuentra exiliada, y se cree que el gobierno del Primer Ministro Narendra Modi está
colaborando con la vuelta a Bangladesh de Hasina y la restauración de la Liga Awami,
la alianza política que ha acompañado desde siempre a la ahora ex Primer Ministro.

Dos partidos resultaron beneficiados por el golpe de Estado, el Partido Nacionalista de
Bangladesh (BNP) y el Jamaat-e-Islami (Asamblea Islámica de Bangladés) el partido

integrista más activo del país, que, junto a la embajada norteamericana, fueron los
principales agitadores para el golpe contra Hasina,
y ahora han blindado el gobierno de
Yunus.

El rechazo del tribunal de Chittagong a liberar bajo fianza a Das dio lugar a que los
hinduistas bangladesíes iniciaran una campaña de movilización y protestas que se ha
mantenido hasta ahora.

La respuesta de los musulmanes no se hizo esperar, el pasado sábado siete de diciembre
varios nadires (templos) hindúes han sido vandalizados e incluso incendiados en
distintos puntos de Bangladesh. Como el Shri Radha Krishna y el nadir Shri
Mahabhagya Lakshmi en Dhor, al norte de Dhaka, donde se quemaron figuras sagradas
y otras reliquias.

En prevención de que no se produzcan agresiones contra los devotos hindúes, las
autoridades religiosas les advirtieron que eviten utilizar vestimentas de color azafrán en
público y el clásico tilak, el lunar pintado del entrecejo.

Defensa india.
Obviamente, esta ofensiva anti-hindú, de Bangladesh, no demoró en tener su réplica en
India, donde el Primer Ministro Narendra Modi, ha hecho de sus políticas anti
musulmanas, su caballo de batalla.

Desde su llegada al poder en 2014, y a lo largo de periodo como Ministro Principal
(Gobernador) del Estado de Guyarat (2001-2014) ha tenido como principal blanco a la

comunidad islámica de India, unos 220 millones de fieles, con infinidad de leyes, que
les han acotado sus derechos al tiempo que ha enviado en diversas oportunidades a las
bandas armadas de su partido el Bharatiya Janata Party o BJP (Partido popular Indio),
juntos a las fuerzas de seguridad y la formación paramilitar Rastriya Swayamsevak
Sangh, RSS (Asociación de Voluntarios Nacionales) a perseguir y destruir sus barrios,
sus tiendas, violar sus mujeres y en muchísimos casos asesinar a quien se resista.

En este caso, en particular, la destitución de Sheikh Hasina, quien se había convertido
en el punto de equilibrio entre las siempre amenazantes tensiones entre India y China.
El estado indio se limitó a emitir un comunicado en el que expresaba su preocupación
por el arresto del monje y pedía a Dhaka que garantizara la seguridad de los hindúes y el
resto de las minorías religiosas.

Modi ha evitado articular acciones con los grupos fundamentalistas del hinduismo,
siempre preparados, para reaccionar de manera violenta contra la comunidad
musulmana, aunque sí los militantes de la Hindutva, la fuente filosófica, donde abreva
el integrismo hindú, han reaccionado.

Particularmente en la provincia india de Bengala Occidental, fronteriza con Bangladesh,
y en algunas otras partes de India, estallaron protestas por la detención del monje
Chinmoy Das.

Al tiempo, qué propaganda contra Bangladesh, en los medios de comunicación y las
redes sociales de todo el país, se ha puesto en marcha, alentado sin cesar el odio a sus
vecinos.

El treinta de noviembre, fue atacado el Alto Comisionado Auxiliar de Bangladesh en la
ciudad de Calcuta, por un grupo paramilitar de extrema derecha conocido como

Bangiya Hindu Jagran Manch. Dos días después, un hecho similar se repite en la
ciudad de Agartala, en el norte del estado de Tripura, al noreste de India. Mientras miles
marcharon hacia la frontera. Por lo que desde Dhaka se convocó al embajador indio
para presentarles sus quejas.

Por su parte, un hospital privado y algunos de sus médicos en Bengala Occidental
anunciaron que no se atenderían pacientes bangladesíes, y varios hoteles de la localidad
de Malda en Bengala Occidental han prohibido el ingreso de pasajeros del país vecino.

La recepción que ha dado a Hasina el gobierno indio ha permitido, a algunos analistas,
entender que existen planes para reponer a la ex jefa de Estado en su cargo. Al tiempo
que la militancia de la Liga Awami se está reestructurando rápidamente y ya ha
comenzado con manifestaciones masivas, intentando generar un estado de inestabilidad
que permita la destitución del gobierno interino de Yunus. De esta estrategia sería parte
el caso del monje de Chinmoy Krishna Das.

Mientras tanto, la comunidad hindú en Bangladesh se está adaptando rápidamente a la
situación de violencia en su contra
. Por ejemplo, la enorme mayoría de sus locales
comerciales, que antes cerraban a las nueve de la noche, ahora lo hacen a las seis y
media.

En cualquier actividad comunitaria en los barrios hindúes de Dhaka y otras ciudades, se
iniciaba con el recitado del Bhagavad Gita, el texto sagrado del hinduismo, y luego el
Corán, ahora ese orden se ha invertido.

Los dioses han encendido la frontera entre India y Bangladesh, y al parecer los hombres
y los gobiernos solo parecen aportar más leña.

*Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en
África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook:
https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.


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