Por Leandro Melito /Brasil de Fato / Resumen Latinoamericano, 25 de junio de 2025.
Familias en el campo de refugiados palestinos de Nur Shams observan cómo una excavadora militar israelí destruye una casa, al este de Tulkarem, en Cisjordania ocupada por Israel, el 23 de junio de 2025. Foto: Jaafar Ashtiyeh / AFP
En una breve visita a Brasil, un residente del territorio habla con BdF sobre las condiciones de vida después del 7 de octubre.
Por una entrevista como esta, pueden llevarme ante el juez y decir: ‘Mira, habló con un periodista en São Paulo y habló mal de nosotros. Que lo arresten, que le den tres meses y veremos si se lo renovamos’. Así explicó Ahmed* en una entrevista exclusiva con Brasil de Fato la situación de las detenciones arbitrarias de ciudadanos palestinos residentes en Cisjordania .
Para llegar a Brasil, tuvo que partir dos días antes de tomar el vuelo para cubrir una distancia de unos 60 km. Esto se debe a que, desde el pueblo donde vive, solo hay una salida posible a Jordania y, al viajar por carretera, debe evitar los puestos de control israelíes, que han proliferado en el país desde el 7 de octubre de 2023 , así como la confiscación de tierras palestinas y la demolición de sus viviendas por parte del ejército israelí.
Ahmed señala que la presión del gobierno israelí sobre la población palestina se ha intensificado aún más tras la tregua alcanzada entre Israel y el grupo político-militar Hamás en enero de este año. «En Cisjordania, de hecho, la situación ha empeorado mucho después de la tregua. Esto se debe a que la mayoría de los prisioneros palestinos fueron liberados en Cisjordania. Por lo tanto, los controles se han intensificado porque han tomado la decisión de prohibir cualquier signo de celebración por la liberación de los derechos de los palestinos».
Lea la entrevista completa:
Brasil de Fato: ¿Cómo evalúa la situación actual en Cisjordania? ¿Qué ha cambiado desde el 7 de octubre?
Ahmed: Las medidas de ocupación que afectan nuestras vidas se han intensificado desde el 7 de octubre hasta ahora. Por ejemplo, las demoliciones de casas han aumentado. Las confiscaciones de tierras han aumentado, el control ha aumentado. Todo lo que existe ahora ya estaba en vigor antes del 7 de octubre, pero la intensidad ha aumentado. No tengo las cifras exactas, pero ahora hay alrededor de mil puestos de control y barreras.
El puesto de control funciona con la presencia de soldados israelíes. Las barreras se cierran, y los soldados abandonan una aldea, una ciudad entera, cerrada. Así que, después del 7 de octubre, los israelíes se sienten más libres para atacar a los palestinos, se sienten más libres para confiscar tierras.
Israel anunció la creación de 22 nuevos asentamientos en Cisjordania, ¿cómo impacta esto en la situación de los palestinos?
El ministro de finanzas israelí, [Bezalel] Smotrich, en represalia contra los países que reconocen a Palestina, crea nuevos asentamientos y los nombra en honor al país que reconoce a Palestina [por burla, este ministro crea, por ejemplo, un asentamiento llamado Sudáfrica].
Mencionó 22 nuevos asentamientos, pero desde el 7 de octubre ha habido muchos más. Desde el regreso de los ataques este año, tras la tregua, una pequeña tregua, la situación se ha deteriorado mucho en los últimos meses, empeorando aún más tras la tregua. Esto se debe a que la mayoría de los prisioneros palestinos liberados lo fueron en Cisjordania. Por ello, los controles se han intensificado, ya que se ha decidido prohibir cualquier acto de celebración por la liberación de los derechos de los palestinos.
El día que comenzó la tregua en Gaza, implementaron un bloqueo mucho más estricto que antes porque los prisioneros ya habían empezado a irse. Ya saben, a los palestinos les encanta organizar fiestas para darles la bienvenida. Intentaron hacer todo lo posible por prohibir o impedir las celebraciones.
Un asentamiento significa robar más tierras, hacer la vida más difícil a los palestinos y disminuir las posibilidades de una solución de dos Estados, que prácticamente ya no existe.
¿Ya no crees en la solución de dos Estados?
Un Estado palestino y un Estado israelí. Creo que esta es la única solución política sobre la mesa y que, con base en ella, todos reconocen a Palestina. Sin embargo, en realidad, no sé hasta qué punto es viable, a pesar del creciente apoyo a Palestina últimamente, porque esto significa poner fin a la guerra. En cuanto a la solución de dos Estados, hoy hablamos de más de 800.000 colonos israelíes en Cisjordania.
Si no pueden detener una guerra como la de Gaza, ¿cómo podrán sacar a 800.000 colonos de Cisjordania? Si no pueden llevar agua a Gaza, ¿cómo van a sacarla de allí? El ministro de Seguridad Nacional, Ben Fir, ya ha armado a más de 300.000 de estos colonos en Cisjordania. Así que estamos hablando de un ejército de colonos. Son todos paramilitares. Vivimos rodeados de asentamientos, y los propios colonos están armados. Actúan como un ejército. Entran en las aldeas, las cercan, las roban, y el ejército no tiene ni la voluntad ni el poder para detenerlos.
¿Qué ha cambiado en tu vida diaria desde el 7 de octubre?
Vivimos en la parte central de Cisjordania, en aldeas rodeadas de asentamientos. Han ubicado los asentamientos de tal manera que cortan la conexión entre las aldeas palestinas. Somos unos 4.000 habitantes que solo tenemos un acceso, una salida, la misma, una puerta y un puesto militar tan pequeño que solo hay tres soldados. Pero estos tres soldados, en un minuto, cierran y bloquean a 4.000 personas. La gente de las aldeas trabaja en la ciudad y usa las carreteras para desplazarse. La carretera que conecta mi aldea con la ciudad tiene unos 12 kilómetros de largo, pero pasa por varios asentamientos. Conducimos 30 kilómetros, más del doble, para rodear y no cruzar los asentamientos, porque están cortando las carreteras que los conectan.
Inventan carreteras para los palestinos, que prácticamente van de un pueblo a otro, y en la mayoría de los casos no tenemos acceso a las carreteras centrales que no pasan por los pueblos. Esto nos complica la vida. Somos empleados, obreros. Otros son, por ejemplo, comerciantes que necesitan transportar mercancías o agricultores. Esto les ha complicado mucho la vida. Mucho más después del 7 de octubre, y aún peor después de la última tregua en enero de 2025.
En el futuro, si esta situación persiste, ¿planea mudarse a otro país? ¿Qué opciones tiene?
En lo que a mí respecta, no tengo planes de mudarme a otro país. Dada la situación actual, y mientras puedas resistir, tienes que quedarte allí. Pero hay casos de muchísimas familias que han decidido irse del país o mudarse de un lugar a otro cuando es posible, porque no les queda otra opción. Vienen, deciden que la zona es peligrosa, sea lo que sea, y destruimos, demolimos todas las casas, y te quedas sin hogar de la noche a la mañana.
Esto ha aumentado mucho desde el 7 de octubre. Los castigos colectivos consisten en demoler casas y edificios enteros por estar cerca de un asentamiento, cerca de la carretera que lleva a un asentamiento, a sabiendas de que, en muchos casos, dicen que estas estructuras o edificios no tienen permiso. Pero no se los dan a los palestinos, así que la gente tiende naturalmente a construir aunque no tenga permiso, porque ahí es donde vivirán. Muchos han perdido todo su esfuerzo. Nadie construyó la casa gratis, nadie les dio la casa; es una casa que construyeron con mucho esfuerzo.
En nuestro caso, somos empleados, pero hay otros en mi zona que dependen de la agricultura y no tienen licencia. Carecen de fuentes de agua. En la agricultura, ya no tienen acceso a la mayor parte de la tierra. Los olivos son muy importantes , pero nadie puede vivir solo de ellos. Para depender solo de ellos, se necesita mucha tierra, que en la mayoría de los casos ya no está disponible. En teoría, todos los palestinos poseen tierras, pero prácticamente nadie tiene título de propiedad.
Además de las aceitunas, ¿qué otros cultivos alimentarios son importantes?
Depende de la región. En la región central de Jordania, el olivo es el mejor cultivo, el más común. La uva también lo es, hablando de frutas. Los cultivos de temporada ya no son tan importantes debido a la falta de agua. En invierno, hay más, pero hay variaciones: tomates, pepinos, pero la zona central, en general, no es la más adecuada para este tipo de cultivo.
En el norte de Cisjordania, se cultivan verduras y frutas de todo tipo, incluso tropicales, pero con gran dificultad debido a la falta de agua. Israel controla el 85% del agua en Cisjordania. El consumo promedio por colono es seis veces mayor que el de cada ciudadano palestino.
Todo israelí tiene derecho a seis veces más agua. Bueno, como dije, lo más complicado es desplazarse; no hay conectividad. De una ciudad a otra, que están a 40 o 45 kilómetros de distancia, puede llevar un día y es posible que no se pueda llegar. Esto es lo más complicado para todo tipo de profesiones, ya sean empresarios o empleados.
¿Cómo fue llegar a Brasil? ¿Cuáles fueron las principales dificultades para salir de Cisjordania?
Solo tenemos acceso a Jordania desde Cisjordania. Y desde el aeropuerto de Jordania se puede salir. Este acceso está en una ciudad llamada Jericó, cerca del Mar Muerto. Es una ciudad pequeña con solo dos entradas y hay asentamientos. Por lo tanto, suele estar cerrada y abierta, y el propio cruce fronterizo cambia su horario de apertura. Ahora, el horario es muy reducido, solo de 8:00 a 16:00, cuatro días a la semana, un día hasta el mediodía y un día cerrado. No conozco ninguna otra frontera en el mundo que esté cerrada y tenga horario de apertura.
Se va de aquí a cualquier país, a cualquier hora, y se cruza. Y siempre hay que tener en cuenta salir con dos días de antelación para viajar. Por ejemplo, si tengo un vuelo tal día, tengo que salir con dos días de antelación para asegurarme de llegar a Jordania antes de perderlo.
Y también a la vuelta, dos días antes de la fecha prevista para mi llegada a Palestina, por el mismo problema. Pueden cerrar en cualquier momento.
¿Cómo van las detenciones de palestinos en Cisjordania?
Desde el 7 de octubre hasta ahora, creo que hay más de 12.000 detenidos. Es una cifra muy alta. Es la primera vez que, por alguna razón, desconozco la cifra exacta, pero creo que un tercio son detenidos administrativos. Es decir, entras y sales, no te acusan, no puedes defenderte, solo el jefe de seguridad convence al juez, directamente entre ustedes dos, de que fulano representa un peligro o causa molestias. Así que recibes una condena de tres meses, renovable cada tres meses. Y hay personas que llevan cinco años allí sin cargos.
Por una entrevista como esta, me pueden llevar ante el juez y decir: «Mira, habló con un periodista en São Paulo y habló mal de nosotros. Que lo arresten y le den tres meses, y veremos si podemos renovarlo». Esto es para que no tenga forma de defenderme, porque me arrestaron por haber hablado con un periodista en Brasil. Así que cierran el caso, y hay más de 3000 o 4000 presos palestinos sin cargos en cárceles israelíes. Sin contar a los de Gaza, por supuesto, no hay información. Ni siquiera la Cruz Roja tiene datos precisos. No se sabe mucho al respecto. Recientemente, se reveló que una prisión subterránea que había estado cerrada desde 1991 fue reabierta para los presos de Gaza.
Esta situación contrasta con la impunidad de los colonos israelíes…
Creo que nos encontramos en una situación en la que hay 800.000 colonos en Cisjordania, la mayoría de ellos con doble nacionalidad. Cometen crímenes en toda la extensión de la palabra, a diario. Y hasta que sus países, la segunda nacionalidad que poseen, no los confronten con los actos que cometen, nada cambiará.
Creen que lo que hacen está bien porque no pasa nada. Están robando la tierra y devolviéndola a Estados Unidos y a Francia, y sus gobiernos no dicen nada. Así que no hay problema en hacerlo. Pero es inaceptable que un judío o un sionista intente arrebatarles tierras a los brasileños.
Así que creo que lo más importante es que todos empiecen a ver que si eres ciudadano de cualquier país, ese país es responsable de lo que haces dentro y fuera de él.
*Ahmed es un nombre ficticio, adoptado por razones de seguridad a petición de la fuente.
Editado por: Rodrigo Durão Coelho
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