Fuente: http://www.bolinfodecarlos.com.ar/301113_colesterol.htm
Autor: Dr. Dwight Lundell
Nosotros, los médicos, con
toda nuestra formación, los conocimientos y la autoridad que uno va
adquiriendo, tendemos a aumentar nuestro ego y
difícilmente admitimos que nos hemos equivocado. Y sin embargo,
tengo que confesar que me he equivocado.
Como cirujano del corazón, con
25 años de experiencia, con más de 5000 cirugías realizadas de corazón
abierto, hoy ha llegado el momento de reparar el
daño mediante los hechos médicos y científicos. He estado formando
durante muchos años a otros médicos, de esos a los que luego se etiqueta
como ”formadores de opinión”.
Asediados por la literatura
científica, asistiendo de forma continua a seminarios, los creadores de
opinión han insistido en que las enfermedades coronarias
son el resultado del simple hecho de tener unos niveles de
colesterol muy elevados en sangre.
La única terapia aceptada ha
sido la de prescribir medicamentos para bajar el colesterol y una dieta
muy restringida en grasas. Un menor consumo de grasas
traería consigo una disminución en la cantidad de colesterol y se
reducirían las enfermedades coronarias.
Cualquier desviación de estas
recomendaciones se consideraba una herejía y daba lugar a la
realización de malas prácticas médicas. ¡Pero no está
funcionado! Estas recomendaciones no son ni científicamente ni
moralmente defendibles. El descubrimiento hace unos años de que es la
inflamación en la pared arterial la causa real de la
enfermedad cardiaca, es lo que poco a poco está dando lugar a un
cambio de paradigma en la forma en que son tratadas las enfermedades
cardíacas y otras dolencias crónicas.
Las recomendaciones dietéticas
establecidas desde hace mucho tiempo han provocado epidemias de
obesidad y de diabetes, consecuencias que empequeñecen
cualquier otra plaga histórica en términos de mortalidad,
sufrimiento humano y de graves consecuencias económicas.
A pesar de que el 25% de la
población toma costosos medicamentos a base de estatinas, y a pesar del
hecho de que hemos reducido la cantidad de grasa
presente en nuestra dieta, cada vez mueren más personas por
enfermedades que afectan al corazón. Las estadísticas de la American
Heart Association indican que 75 millones de estadounidenses
sufren enfermedades cardíacas, que 20 millones padecen diabetes y 57
millones pre-diabetes.
Estos trastornos afectan cada
vez a personas más jóvenes, en mayor número cada año. En pocas palabras,
sin la inflamación corporal no es posible que se
acumule el colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos y se
causen de este modo enfermedades cardíacas y apoplejías.
Sin inflamación, el colesterol
se mueve libremente por todo el cuerpo; es la inflamación lo que hace
que el colesterol quede atrapado.
La inflamación no es un
proceso complejo, se trata simplemente de una reacción natural del
cuerpo ante invasores extraños, tales como bacterias, toxinas o
virus. El ciclo inflamatorio es una forma de proteger al cuerpo ante
invasores bacterianos y virales.
Sin embargo, si se expone de
forma crónica a nuestro organismo a toxinas o alimentos que el cuerpo
humano no está preparado para procesar, se produce
entonces una inflamación crónica. La inflamación crónica es tan
dañina como beneficiosa una inflamación aguda.
¿Qué persona sensata se
expondría de forma intencionada en repetidas ocasiones a alimentos u
otras sustancias que sabe le causan daño corporal? Bueno, quizás
los fumadores, pero al menos se trata de una decisión voluntaria. El
resto nos limitamos a seguir la dieta recomendada, baja en grasas y
alta en grasas poliinsaturadas y carbohidratos, sin saber
que estamos causando repetidas agresiones a nuestros vasos
sanguíneos.
Esta agresión repetida produce
una inflamación crónica que conduce a la enfermedad cardiaca, a los
accidentes cerebro vasculares, a la diabetes y la
obesidad.
Permítanme que se lo repita:
la lesión e inflamación de nuestros vasos sanguíneos está causada por
una dieta baja en grasas, algo recomendado durante
años por la medicina convencional.
¿Cuáles son los mayores
culpables de la inflamación crónica? En pocas palabras, la sobrecarga de
hidratos de carbono simples y alimentos muy procesados
(azúcar, harina y todos los productos derivados) y un exceso de
consumo de aceites vegetales con omega-6, tales como aceites de soja,
maíz y girasol, que se encuentran presentes en muchos
alimentos procesados.
Visualice lo siguiente: un
cepillo duro que repetidamente se frota sobre la piel hasta que ésta
enrojece y sangra, esto durante varias veces al día, así
diariamente durante 5 años. Si se tolerase este cepillado, se
produciría sangrado, hinchazón de la zona afectada, que cada vez sería
peor a medida que repite la agresión. Esta es una buena
forma de visualizar el proceso inflamatorio, y es lo que podría
estar pasando en su cuerpo ahora mismo.
Independiente de dónde se
produzca el proceso inflamatorio, bien interna o externamente, es lo
mismo. He observado el interior de miles y miles de
arterias. Una arteria enferma se ve como si alguien hubiese cogido
un cepillo y lo hubiese frotado varias veces contra las paredes.
Varias veces al día, todos los
días, los alimentos que comemos producen pequeñas lesiones, sobre las
que se producen otras, de modo que es la causa de que
nuestro cuerpo responda de forma continua con inflamación.
A pesar de que resulta
tentador saborear los dulces, nuestros cuerpos responden de forma
alarmante, como si un invasor extraño nos declarase la guerra.
Los alimentos están cargados de azúcar, carbohidratos simples, o
procesados con omega-6, uno de los pilares de la dieta norteamericana
durante varias décadas. Estos alimentos nos envenenan
lentamente a todos.
¿Cómo un simple dulce produce
una cascada de inflamaciones que hace que el cuerpo enferme? Imagínese
que rocía el teclado con miel; esto es una
representación visual de lo que ocurre dentro de la célula. Cuando
consumimos hidratos de carbono simples, tales como el azúcar, los
niveles de azúcar en la sangre se elevan
rápidamente.
Como respuesta, el páncreas
segrega insulina, cuya misión principal es que el azúcar llegue a todas
las células donde se almacena la energía. Pero si la
célula está llena, si no necesita más glucosa, se rechaza el exceso
para evitar una disfunción de los procesos que se llevan a cabo en su
interior.
Cuando las células rechazan el
exceso de glucosa, se elevan los niveles de azúcar en sangre,
aumentando la producción de insulina, y se almacena en
forma de grasa.
¿Qué tiene que ver todo esto
con la inflamación? La cantidad de azúcar en sangre se controla entre
unos valores máximos y mínimos muy estrechos.
Las moléculas de azúcar se unen a una amplia variedad de proteínas,
que lesionan las paredes de los vasos sanguíneos.
Esta lesión repetida de las
paredes de los vasos sanguíneos desencadena la inflamación. Cuando sube
el nivel de azúcar en sangre varias veces al día, todos
los días, es como frotar con papel de lija el delicado interior de
los vasos sanguíneos. Si bien no puede observarlo, puede estar seguro de
que ocurre así.
Lo he visto en más de 5000
pacientes sometidos a cirugía durante los 25 años que llevo ejerciendo.
Todos ellos tenían un denominador común: la
inflamación de las arterias. Volvamos al asunto de los dulces. Bajo
su inocente aspecto, no sólo contienen azúcar, sino que también estás
elaborados con ácidos grasos omega-6, tales como los
provenientes de la soja.
Las patatas fritas se fríen
con aceite de soja, muchos alimentos procesados se fabrican con ácidos
grasos omega-6, para que así tengan más larga
duración. Mientras que las grasas omega-6 son esenciales al formar
parte de la membrana celular, y así controlar lo que entra y sale de la
célula, deben estar en un equilibrio
adecuado con los omega-3.
Si este equilibrio se rompe
por el consumo excesivo de ácidos grasos omega-6, la membrana de la
célula produce unas sustancias químicas denominadas
citoquinas, que causan directamente inflamación.
Hoy en día, la dieta suele
producir un desequilibrio muy grande entre estos dos tipos de ácidos
grasos. La relación de desequilibrio puede estar en torno de
15:1, o incluso de 30:1 en favor de los ácidos grasos omega-6. Esto
produce una enorme cantidad de citoquinas que causan la inflamación. Lo
ideal sería una proporción de 3:1 para que fuese
saludable.
Para empeorar aún más las
cosas, el sobrepeso produce una sobrecarga de células grasas que vierten
grandes cantidades de productos químicos
pro-inflamatorios, lo que se suma a las lesiones causadas por los
altos niveles de azúcar en sangre.
El proceso que comenzó
consumiendo productos dulces se convierte en un círculo vicioso que con
el tiempo genera una enfermedad cardiaca, elevada
presión arterial, diabetes, y por último, Alzheimer, si el proceso
inflamatorio no disminuye.
No se puede olvidar el hecho
de que cuanto más se consumen alimentos procesados, más se dispara la
inflamación, un poco cada día. El cuerpo humano no puede
procesar, ni fue diseñado para consumir, los alimentos envasados con
azúcar y preparados con ácidos grasos omega-6. No hay otra solución
para disminuir la inflamación que consumir los alimentos
lo más cercano posible a su estado natural.
Para reconstruir un músculo,
se deben consumir más proteínas. Para energía elija carbohidratos
complejos, tales como los presentes en frutas, verduras
y granos integrales. Reduzca o elimine el consumo de los ácidos
grasos omega-6, tales como el aceite de maíz y soja, y los alimentos
procesados que se han elaborado con estos aceites. Una
cucharada de aceite de maíz contiene 7,280 mg de ácidos grasos
omega-6; la soja 6,949 mg. En su lugar, utilice aceite de oliva o
mantequilla, procedente de animales alimentados con
pasto.
Las grasas animales contienen
menos del 20% de omega-6 y son mucho menos propensas a producir
inflamación que los aceites poliinsaturados, de los que se
dicen que son supuestamente saludables. No es cierto que las grasas
saturadas produzcan enfermedades cardíacas.
Tampoco aumentan en exceso los
niveles de colesterol en la sangre. Ahora sabemos que el colesterol no
es la causa de la enfermedad cardiaca, así que la
preocupación por las grasas saturadas resulta absurda hoy en día. La
teoría del colesterol llevó a recomendar alimentos sin grasa, con
pocas calorías, lo que trajo consigo el consumo
de otros alimentos que han causado esta epidemia de inflamaciones.
La medicina convencional
cometió un tremendo error cuando aconsejó a la gente que evitara las
grasas saturadas en favor de los alimentos ricos en
ácidos grasos omega-6. Ahora tenemos una epidemia de inflamación de
las arterias, que conduce a enfermedad cardiaca y otras muertes
silenciosas.
Lo que usted puede hacer es
consumir alimentos integrales, de los que su abuela sabía, y no esta
moda de consumir tantos alimentos procesados. Eliminando los
alimentos que producen inflamación y añadiendo los nutrientes
esenciales presentes en los alimentos frescos no elaborados, se
revertirían los daños en las arterias y en todo su
cuerpo.
Visto :http://apocalipticus.over-blog.es/
DANDO INFINITAS GRACIAS AL CREADOR
DANDO INFINITAS GRACIAS AL CREADOR DE CIELO Y TIERRA POR ESTA POSIBILIDAD DE COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN.-
EN ESTE BLOG PRESENTAREMOS LAS NOTICIAS Y SUCESOS DEL NUESTRO MUNDO, BUSCANDO CON SABIDURÍA LA VERDAD, PARA CREAR EN NOSOTROS UN EQUILIBRIO Y UN HACER EN JUSTICIA.-
EN ESTE BLOG PRESENTAREMOS LAS NOTICIAS Y SUCESOS DEL NUESTRO MUNDO, BUSCANDO CON SABIDURÍA LA VERDAD, PARA CREAR EN NOSOTROS UN EQUILIBRIO Y UN HACER EN JUSTICIA.-
Etiquetas
- Actualidad (9069)
- absurdos del capitalismo (2211)
- caos en el mundo (1855)
- realidad (1355)
- momentos claves de la humanidad (1126)
- avance hacia la paz (989)
- La voz del pueblo (922)
- otras posibilidades (918)
- esperanza (906)
- avisos del fín (868)
- justicia divina (695)
- hermandad (594)
- SALUD (112)
- colonialismo (62)
- economía (62)
- realidad animal (60)
- muerte de los animales (52)
- absurdos (43)
- Actualida (41)
- Sionismo (36)
- crisis (36)
- remanso (35)
- terribles inventos (33)
- sismos (27)
- Historia (19)
- inventos (18)
- China (15)
- grecia (10)
- posibilidades (4)
- ctualidad (3)
- F (2)
- i (1)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
ga('create', 'UA-74734975-1', 'auto');
ga('send', 'pageview');
No hay comentarios:
Publicar un comentario