Presos palestinos en huelga de hambre en situación crítica

Presos palestinos en huelga de hambre en situación crítica

14 mayo 2012

Javier Villate ayuda humanitaria, colonialismo, derechos humanos, gaza, israel, limpieza étnica, palestina, presos, protestas, solidaridad Deja un comentario

La salud de varios presos palestinos en huelga de hambre está seriamente deteriorada y varias organizaciones internacionales han pedido urgentemente al gobierno de Israel que haga lo que sea necesario para salvar sus vidas (salvo alimentarles contra su voluntad). El Comité Internacional de la Cruz Roja alertó el martes que al menos seis presos que están participando en la huelga de hambre están en riesgo inminente de morir. El mismo secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha pedido una solución sin demora. Al menos diez de los 2.000 presos en huelga de hambre han sido hospitalizados.
Hoy, lunes 14 de mayo, los presos Bilal Diab y Thaer Halahleh llevan 77 días en huelga de hambre, un triste, pero heroico, récord histórico mundial. Estos dos presos y Yafar Azedin, que lleva 54 días en huelga de hambre, han rechazado la oferta israelí de ser deportados a Gaza o fuera de los territorios palestinos ocupados. Otros presos en situación muy grave son Hasan Safadi (71 días), Omar Abu Shalal (69 días), Mohamed Taj (58 días)
Pese a todo esto, algo parece estar lográndose. Mahmud Issa, que ha estado 13 años en régimen de confinamiento solitario, y Walid Alí han sido sacados de sus celdas de aislamiento. Pero otros 16 presos permanecen en régimen de aislamiento. Asimismo, un tribunal israelí ha ordenado la liberación de Basem Tamimi, un activista del área de Ramala. Tamimi lleva 13 meses en prisión, acusado de organizar protestas en su pueblo, y ha sido reconocido oficialmente por la Unión Europea como defensor de los derechos humanos, mientras que Amnistía Internacional le ha adoptado como preso de conciencia. El tribunal ha decidido que Tamimi sea mantenido bajo arresto domiciliario hasta nueva orden, con el fin de que no pueda participar en las protestas pacíficas que todas las semanas se organizan en contra del muro de separación y los asentamientos israelíes.


Familiares de presos bloquean la entrada principal de las oficinas de la Cruz Roja Internacional, en protesta por su pasividad (Asa Winstanley / The Electronic Intifada).
Durante la celebración del juicio contra Tamimi, emergieron algunas informaciones interesantes. Entre ellas, un comandante testificó que, durante sus 25 años de servicio, no recuerda un solo caso en el que se permitiera a un niño palestino detenido tener a sus padres presentes durante los interrogatorios, una exigencia contemplada tanto en el derecho internacional como en el israelí.
Más de 25 colectivos de todo el mundo se han unido para pedir a Israel la liberación de Amir Majul, activista de los derechos humanos que lleva dos años en prisión. Majul ha sido director de Ittijah (unión de asociaciones comunitarias árabes israelíes) desde su fundación en 1995. Además, ha presidido el Comité Público por la Defensa de las Libertades Políticas de los Ciudadanos Árabes en Israel.
Más información sobre Amir Majul en Ameer Makhoul sigue sacudiendo los cimientos del apartheid israelí después de dos años de cárcel y en Palestina: Dos años tras los muros de Gilboa .

‘Detención administrativa’ y confinamiento solitario

La ‘detención administrativa’, de la que ya informamos en una entrada anterior, es una forma de detener a palestinos sobre los que no pesa ningún cargo. Nadie ve las ‘evidencias’ proporcionadas por los servicios de inteligencia, aparte del juez israelí. Los abogados de los detenidos no pueden ver esas ‘evidencias’. De lo que sí hay evidencias es de que los servicios de inteligencia no se molestan en comprobar las acusaciones que los informantes les suministran, acusaciones que muy bien pueden ser fabricadas (bien para eliminar a personas odiadas, bien para dar carnaza a los israelíes y mantener su estatus de informantes, chivatos, colaboracionistas). En todo caso, los detenidos por este sistema son acusados rutinariamente de ‘amenazar la seguridad de Israel’.
El juez no pregunta al oficial de inteligencia dónde ha conseguido la información, cómo la ha obtenido o qué grado de credibilidad tiene. Tampoco exige que comparezca el informante. Las ‘evidencias’ proporcionadas por los informantes a los servicios de inteligencia constituyen la única base sobre la que son acusados los reos, que serán condenados a un mínimo de seis meses, que serán prorrogados una, otra y otra vez, de forma indefinida.
Los israelíes solo utilizan la ‘detención administrativa’ contra los palestinos. En ninguna otra parte del mundo existe algo parecido que vulnere de forma tan patente los derechos humanos más elementales.
Por su parte, el confinamiento solitario es un régimen de asesinato a cámara lenta, que crea graves enfermedades físicas y psíquicas. Los presos sometidos a confinamiento solitario están recluidos en celdas de 2,2 metros de largo y 2 metros de ancho. Solo son ventiladas a través de un agujero de 10 centímetros de diámetro, cubierto con una malla de alambre. Los guardias de la prisión vigilan a los presos por este agujero, despertándoles si se duermen y molestándoles cuando están rezando. No reciben periódicos ni pueden ver la TV, pues eso constituiría un contacto con el exterior. También tienen prohibido hacer ejercicio.
Algunos presos han pasado 12 años en estas condiciones inhumanas y crueles, deteriorándose gravemente su salud (asma y pérdida de visión son enfermedades habituales). Si el régimen de ‘detención administrativa’ vulnera todos los derechos humanos, el confinamiento solitario duradero es un crimen contra la humanidad.

Represión de la solidaridad con los presos

En todos los territorios ocupados palestinos se han producido manifestaciones de apoyo a los presos palestinos, que han sido rutinariamente reprimidas brutalmente por las fuerzas israelíes de ocupación. Decenas de manifestantes han sido detenidos y, en ocasiones, torturados y amenazados de violación.
En Nabi Saleh, cerca de Ramala, un joven recibió un disparo de un bote de gas lacrimógeno en la cara a menos de 10 metros, lo que le causó la pérdida de un ojo. La ambulancia que le trasladó al hospital fue retenida en el puesto de control de Nabi Saleh durante 30 minutos. Decenas de personas fueron heridas por los impactos de pelotas de goma, botes de gas lacrimógeno y asfixias provocadas por este gas.
En un caso, 17 manifestantes fueron detenidos y llevados al día siguiente ante el juez. Este, tras analizar los informes secretos presentados por la policía, les impuso un arresto domiciliario de tres días y la prohibición de contactar entre ellos durante 15 días, además de multas de cientos de shekels por alterar el orden (1 shekel = 0,20 euros).
La Fundación de Solidaridad Internacional para los Derechos Humanos ha informado que el ejército israelí ha intensificado en el último mes de abril las medidas ilegales de control y secuestro de palestinos en los puestos de control. Un total de 29 palestinos han sido secuestrados en dichos puestos de control y trasladados a destinos desconocidos.
Durante el juicio contra el parlamentario árabe israelí Mohamed Barakeh, acusado de atacar a un guardia de frontera, han salido a la luz algunos métodos encubiertos utilizados por las fuerzas israelíes para reprimir manifestaciones pacíficas.
Un comandante del Masada, uno de los servicios de elite del ejército hebreo, reconoció que sus subordinados se infiltraron en manifestaciones pacíficas en Bilín y arrojaron piedras a los soldados, con el fin de provocar la represión de los manifestantes.
El martes, soldados israelíes entraron por la fuerza en las oficinas de Stop the Wall en Ramala, una organización palestina que lucha contra el muro de separación. Tras arrasar las oficinas, se incautaron de ordenadores, discos duros y material diverso. Stop the Wall promueve la resistencia civil contra el muro y los asentamientos israelíes. Esta no es la primera vez que esta ONG es objeto de las iras del ejército hebreo. En septiembre de 2009, dos líderes de este grupo fueron detenidos. Las autoridades israelíes no fueron capaces de formular acusaciones contra ellos y, después de una campaña internacional que contó con la participación de misiones diplomáticas en Palestina y las cancillerías europeas, así como una gran cantidad de organizaciones de derechos humanos de todo el mundo, ambos fueron liberados en enero de 2010. Meses más tarde, de nuevo el ejército israelí llevó a cabo una redada de miembros de la organización y de activistas de los derechos humanos en toda Cisjordania.
Excavadoras israelíes destruyen una granja palestina.

Mientras tanto, sigue la limpieza étnica

El martes, soldados israelíes destruyeron tierras agrícolas palestinas al noroeste de la ciudad de Hebrón. Entraron con excavadoras, arrasaron los cultivos y arrancaron unos 400 árboles frutales, así como los sistemas de irrigación. El lunes, destruyeron el poblado beduino de Al Arakib por enésima vez.
Por otro lado, el gobierno israelí ha aprobado la demolición de las casas de las familias de dos palestinos condenados por el asesinato, en marzo de 2011, de una pareja de judíos.
Los desalojos también continúan. El lunes pasado, las autoridades israelíes ordenaron el desalojo de una vivienda de Jerusalén Este, habitada por la familia Salamieh desde hace unos 60 años. Según ha denunciado dicha familia, las autoridades quieren entregar la vivienda a unos colonos. El 18 de abril, la policía israelí desalojó por la fuerza a 14 miembros de la familia Natsheh, después de que un tribunal ordenara que la vivienda fuera entregada a un grupo de colonos judíos.
La misma suerte han corrido las familias de Ghazi Zalloum e Ismail Wazwaz, cuyas viviendas, situadas en Jerusalén Este, tendrán que desalojar por orden de la Corte Suprema israelí, tras afirmar eran propiedad de unos judíos antes de 1948. El mismo insólito argumento ha esgrimido un grupo de colonos para que se desaloje a otras dos familias en el mismo barrio de Jerusalén Este. Es así cómo, poco a poco, Jerusalén Este está siendo vaciada de palestinos y llenada con judíos, en un proceso que representa una flagrante violación del derecho internacional.
Otro proceso en marcha de limpieza étnica es el vinculado con el muro de separación. En Ramala, unos agricultores palestinos que tienen sus tierras al otro lado del muro de separación no pueden resistir más las dificultades que entraña este hecho. Los costes de irrigación se han vuelto prohibitivos. Para irrigar sus tierras, los agricultores palestinos del otro lado del muro tienen que pagar 130 shekels (algo más de 26 euros) por metro cúbico, mientras que los agricultores con tierras en el lado palestino del muro tienen que pagar 40 shekels (8 euros) por metro cúbico. Los colonos israelíes pagan solamente 20 shekels (4 euros) por metro cúbico. Una vez más, nos encontramos con políticas discriminatorias que persiguen la limpieza étnica.
A las demoliciones de viviendas, destrucción de árboles frutales y tierras de cultivo, desalojos y muro de separación, se le unen los planes de traslados masivos. Recientemente, el gobierno israelí ha anunciado que 2.300 beduinos serán expulsados de las colinas que rodean el pueblo palestino de As Sawahra. Otros planes contemplan la expulsión de más de 90.000 beduinos de sus tierras ancestrales en el desierto del Néguev, para reubicarlos en aglomeraciones urbanas, donde quedarán abandonados sin ningún tipo de servicios ni infraestructuras, tal como ya les ha sucedido a otros beduinos reubicados forzosamente. Los beduinos de Israel viven en ‘pueblos no reconocidos’ legalmente, inexistentes a todos los efectos. Así, aunque son ciudadanos de Israel, no son ciudadanos de Israel. ¿Me explico? Solo 11 de los 46 pueblos beduinos han sido ‘reconocidos’. Los demás carecen de servicios e infraestructuras (agua, electricidad, atención médica, educación, etc.), pues ‘no existen’.
En Gaza, esta semana pasada han sido noticia los pescadores. Las fuerzas navales de Israel han detenido a dos pescadores palestinos mientras faenaban al norte de la ciudad de Gaza. Según un portavoz del ejército israelí, los pescadores se habían desviado del área de pesca permitida por Tel Aviv.
De conformidad con los Acuerdos de Oslo, la zona de pesca de Gaza se extiende hasta las 20 millas náuticas desde las costas. Pero Israel ha impuesto unilateralmente un límite de tres millas y la Marina israelí hostiga constantemente a los pescadores gazatíes que se encuentran fuera de ese límite. Sus botes son regularmente atacados con fuego real, muchas veces destruidos y los pescadores, arrestados. Esta situación está arruinando la vida de los pescadores de Gaza.
Y por si todo esto fuera poco, los colonos judíos atacan frecuentemente a los palestinos, destruyen sus tierras y arrancan sus árboles, con total impunidad y, a veces, con la colaboración activa de las fuerzas israelíes de ocupación. La semana pasada, varios colonos impidieron a agricultores palestinos de Tekoa, al sur de Belén, cultivar sus tierras, próximas a un asentamiento israelí.

Rumbo a Gaza

La coalición internacional Rumbo a Gaza, que organizó las flotillas solidarias de 2010 y 2011, tiene previsto enviar a la Franja de Gaza un gran velero con ayuda humanitaria. El ‘Estelle’, que así se llama, iniciará su travesía desde un puerto del norte de Europa. Desde allí, la embarcación irá haciendo escalas en diversos países para recoger la ayuda humanitaria. El viaje durará unos dos meses y alcanzará las costas de Gaza a finales de septiembre o comienzos de octubre.
FUENTE.AQUÍ