El ambulatorio local atendió una decena de
contusiones ocasionadas por el pedrisco. Ocho municipios de los 59
afectados por el granizo del jueves están tramitando la solicitud al
Gobierno para que sean declarados zona catastrófica y que sus vecinos puedan obtener beneficios fiscales, entre otras ventajas.
La tormenta ha afectado a 68.000 hectáreas,
25.000 de ellas de cultivos, según las primeras valoraciones de la
Consejería de Agricultura de la Generalitat, que sitúa los mayores daños en el Pla d’Urgell, comarca en la que el granizo ha dañado tres cuartas partes del territorio.
A Mollerussa, municipio que ya ha anunciado su
intención de reclamar la declaración de zona catastrófica, se han
sumado este viernes el Palau d’Anglesola, Fondarella, Sidamon, Golmés,
Vila-sana, Miralcamp y Torregrossa, según ha explicado el presidente de
la Diputación de Lérida y alcalde de Fondarella, Joan Reñè (CDC).
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