Domingo 15 de Julio de 2012, 08:31 am
Yihad Makdissi: "El objetivo
de esta rueda de prensa es decirle al pueblo que lo que sucedió no fue
una masacre" (Foto: alarabiya)
El Gobierno sirio negó este domingo que se haya
registrado la masacre de más de 200 muertes que fue denunciada por la
oposición el pasado jueves, e informó que lo ocurrido en la localidad
de Tremseh fue una respuesta militar que dejó "dos civiles" y 37
rebeldes fallecidos.
En rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Yihad Makdissi, dijo que lo sucedido “fue un enfrentamiento entre las fuerzas regulares y los grupos armados que no creen en una solución pacífica".
"El objetivo de esta rueda de prensa es decirle al pueblo que lo que sucedió no fue una masacre", expresó Makdissi, desmintiendo lo denunciado por la oposición que reportó casi dos centenares de civiles muertos, algo que causó revuelo en buena parte del mundo, incluso en los líderes de Naciones Unidas.
Explicó que las fuerzas del Gobierno no utilizaron helicópteros, aviones ni carros de combate y que “las armas más pesadas que utilizaron fueron los lanzagranadas".
Asimismo manifestó que algunas de las imágenes sobre la presunta matanza difundidas por los medios internacionales son "falsas".
El portavoz denunció que "Tremseh fue invadida por grupos terroristas que aterrorizaron a la población y establecieron locales de comandancia, almacenes de armas y centros para torturar a los secuestrados".
Sin embargo, advirtió que el Gobierno sirio combatirá cualquier levantamiento armado contra el Estado y denunció a los rebeldes de usar a Tremseh como "foco para lanzar ataques terroristas".
Las declaraciones de Makdissi se difunden horas después del primer pronunciamiento del grupo de observadores de la ONU que visitó la localidad en busca de elementos para dar con los responsables de la presunta matanza.
“El ataque 'al parecer' fue dirigido a grupos y casas específicos, principalmente de desertores del Ejército y activistas", señaló la misión de la ONU en un comunicado, distribuido en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
El texto añade que se hallaron “charcos y salpicaduras de sangre en varias de las casas, y también casquillos de balas",
fuente:Aquí
En rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Yihad Makdissi, dijo que lo sucedido “fue un enfrentamiento entre las fuerzas regulares y los grupos armados que no creen en una solución pacífica".
"El objetivo de esta rueda de prensa es decirle al pueblo que lo que sucedió no fue una masacre", expresó Makdissi, desmintiendo lo denunciado por la oposición que reportó casi dos centenares de civiles muertos, algo que causó revuelo en buena parte del mundo, incluso en los líderes de Naciones Unidas.
Explicó que las fuerzas del Gobierno no utilizaron helicópteros, aviones ni carros de combate y que “las armas más pesadas que utilizaron fueron los lanzagranadas".
Asimismo manifestó que algunas de las imágenes sobre la presunta matanza difundidas por los medios internacionales son "falsas".
El portavoz denunció que "Tremseh fue invadida por grupos terroristas que aterrorizaron a la población y establecieron locales de comandancia, almacenes de armas y centros para torturar a los secuestrados".
Sin embargo, advirtió que el Gobierno sirio combatirá cualquier levantamiento armado contra el Estado y denunció a los rebeldes de usar a Tremseh como "foco para lanzar ataques terroristas".
Las declaraciones de Makdissi se difunden horas después del primer pronunciamiento del grupo de observadores de la ONU que visitó la localidad en busca de elementos para dar con los responsables de la presunta matanza.
“El ataque 'al parecer' fue dirigido a grupos y casas específicos, principalmente de desertores del Ejército y activistas", señaló la misión de la ONU en un comunicado, distribuido en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
El texto añade que se hallaron “charcos y salpicaduras de sangre en varias de las casas, y también casquillos de balas",
fuente:Aquí
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