- Autor: pijamasurf
- Publicación: 09/08/2012 10:38 am
Si buscas concentración y parsimonia, consumiendo cafeína no lo
conseguirás, ya que ésta estimula tu nivel de alerta y fuerza física,
más que una aguda capacidad mental.
Los
asiduos bebedores de café, más allá del exquisito sabor del grano,
afirman que una taza por las mañanas afecta positivamente sus
capacidades cognitivas, sin saber exactamente qué es lo que en realidad
sucede.
Lo que resulta sorprendente es que ni un americano ni un espresso
doble alertan ni agudiza las funciones cerebrales que se necesitan para
realizar, principalmente, un trabajo que involucre más capacidades
mentales que físicas. Lo anterior tiene una explicación más profunda
pero también sencilla y biológicamente truculenta.
El cuerpo produce una
sustancia llamada adenosina, que actúa en varios procesos bioquímicos
del cerebro, pero principalmente se le atribuyen efectos sedantes en el
cuerpo humano, como el sueño y el sopor. La cafeína es similar a la
adenosina, por lo que al ingerirla, se enlaza a los receptores de esta
sustancia, engañando a las células. Una vez que la cafeína ha ocupado el
lugar de la adenosina, por obvias razones, ésta se inhibe, provocando
mayor actividad celular que hace que la glándula pituitaria lo perciba
como una situación de alerta y se genere adrenalina, lo que hace sentir y
pensar que la taza de café ha mejorado nuestras capacidades mentales,
pero lo que en realidad sucede es que la adrenalina tensa los músculos,
te mantiene alerta y aumenta los latidos de tu corazón, pero no mejora
tu concentración ni tu entendimiento.
[Con información de David DiSalvo]
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