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martes, 28 de febrero de 2012

Miles de campesinos se suicidan El genocidio de los transgénicos en India

Andrew Malone *

En un pueblecito que visité, 18 campesinos se habían suicidado después de que se los tragaran las deudas de los GM (transgénicos). Lejos de ser unas “semillas mágicas”, las variedades de plantas de algodón GM a prueba de pestes han sido devastadas por unos gusanos que atacan los capullos y que son un parásito voraz. Tampoco les dijeron a los campesinos que esas semillas requerirían el doble de riego. Y esto ha acabado siendo una cuestión de vida o muerte



Cuando el Príncipe Carlos afirmó que miles de campesinos de la India estaban suicidándose tras utilizar cultivos GM [transgénicos], fue tachado de alarmista. En realidad, como este escalofriante informe revela, es aún peor de lo que él temía.
Los niños estaban inconsolables. Mudos de miedo y luchando por contener las lágrimas, se acurrucaban junto a su madre mientras amigos y vecinos preparaban el cuerpo de su padre para la cremación sobre una ardiente hoguera levantada sobre los agrietados y estériles campos cercanos a su casa.
Mientras las llamas consumían el cadáver, Ganjanan, de doce años, y Kalpana, de catorce, se enfrentaban a un futuro sombrío. Aunque Shankara Mandaukar había confiado en que su hijo y su hija tendrían una vida mejor bajo el boom económico de la India, se tienen que enfrentar ahora a un trabajo de esclavos por unos cuantos peniques al día. Sin tierra y sin hogar, se hundirán en lo más hondo.
Shankara, campesino respetado, marido y padre cariñoso, había puesto fin a su propia vida. Menos de veinticuatro horas antes se había bebido una taza de insecticida químico al tener que enfrentarse a la pérdida de sus tierras a causa de las deudas. Se desesperó al no poder devolver una deuda equivalente a las ganancias de dos años. No pudo encontrar solución.
Aún había huellas en la tierra por donde se había retorcido en su agonía. Otros campesinos le miraron -sabían por experiencia que no tenía sentido intervenir- cuando se dobló sobre la tierra, gritando de dolor y vomitando. Gimiendo, se arrastró hasta un banco situado en el exterior de su sencillo hogar, situado a unas 100 millas de Napgur en la India Central. Una hora después, ya no se oía ruido alguno. Había dejado de respirar. A las cinco de la tarde de un domingo, la vida de Shankara Mandaukar se apagó.
Cuando los vecinos se reunieron para rezar alrededor de la casa familiar, Nirmala Mandaukar, de 50 años, les contó cómo volvió a todo correr de los campos para encontrar muerto a su marido. “Era un hombre afable y cariñoso”, dijo llorando suavemente. “Pero ya no podía más. La angustia mental era demasiado grande. Lo hemos perdido todo”.
La cosecha de Shankara fracasó durante dos años seguidos. Desde luego, el hambre y la pestilencia forman parte de la antigua historia de la India. Pero la culpa de la muerte de este respetado campesino la tiene algo más moderno y siniestro: los cultivos genéticamente modificados (GM).
A Shankara, como a millones de campesinos indios, le habían prometido anteriormente insólitas cosechas e ingresos si dejaba de cultivar con las semillas tradicionales y en su lugar plantaba semillas GM. Pero las cosechas fueron un fracaso, y no le quedaron más que fuertes deudas y ningún ingreso.
Por eso Shankara se convirtió en uno de los 125 mil campesinos que se estima se han quitado la vida como consecuencia de la despiadada campaña que ha convertido a la India en un campo de pruebas de los cultivos genéticamente modificados.
La crisis, denominada por los activistas el “Genocidio del GM”, se puso recientemente de relieve cuando el Príncipe Carlos afirmó que la cuestión del GM se había convertido en una “cuestión moral global” y que ya era hora de poner fin a su imparable marcha.
Hablando a través de vídeo-conferencia en la capital india, Delhi, enfureció a los dirigentes de las compañías dedicadas a las biotecnologías y a algunos políticos al condenar “la tasa verdaderamente atroz y trágica de suicidios de pequeños campesinos en la India, producto… del fracaso de muchas de las variedades de cultivos GM”.
Poderosos grupos de presión GM y prominentes políticos se han alineado contra el Príncipe, afirmando que las cosechas genéticamente modificadas han transformado la agricultura de la India, proporcionando mayores cosechas que nunca.
El resto del mundo, insisten, abrazará ese “futuro” imitándoles. Entonces, ¿quién dice la verdad? Para averiguarlo, viajé al “cinturón del suicidio” en el estado de Maharashtra. Lo que me encontré fue tremendamente inquietante, con graves implicaciones para los países, incluido el Reino Unido, que hacen preciso debatir si al permitirse la plantación de semillas manipuladas por los científicos no se están violentando las leyes de la naturaleza.
Las cifras oficiales del Ministerio indio de Agricultura confirman efectivamente que, conformando una crisis humanitaria inmensa, más de 1.000 campesinos se quitan aquí la vida cada mes.
Gente sencilla, rural, que se está quitando la vida agonizando lentamente. La mayoría ingieren un insecticida, una cara sustancia que les prometieron no necesitarían cuando les coaccionaron para plantar los caros cultivos GM. Al parecer, muchos están masivamente endeudados con los prestamistas locales, habiéndose endeudado hasta las cejas para poder comprar esas semillas GM.
Los expertos que están a favor de los GM afirman que es la pobreza rural, el alcoholismo, las sequías y las “preocupaciones agrícolas” las razones de esa horrorosa cantidad de víctimas. Pero como descubrí durante un viaje de cuatro días a través del epicentro del desastre, esa no es toda la historia.
En un pueblecito que visité, 18 campesinos se habían suicidado después de que se los tragaran las deudas de los GM. En algunos casos, las mujeres se habían hecho cargo de las granjas de sus maridos muertos, sólo para acabar matándose ellas también.
Fuente:Aquí 


India  tiene uno de los mayores premios de la humanidad , por permanecer siendo un pueblo espiritual en medio de tantos sufrimientos, allí en la India será construida la Jerusalén Celestial, por el Hijo Primogénito , el Maestro Jesús ; debe el gobierno  de la India , verter  el fruto de su desarrollo en su pueblo, protegerlo del abuso de las transnacionales, su gran desarrollo no es para crear nuevas burgesias,su pueblo clama  y el mundo espera ver el ejemplo de India, como potencia, como desarrollo espiritual, como desarrollo social..-

El Padre Eterno Dice En Ciencia Celeste.-


Así es hijo; este dibujo celeste que tú vienes observando como una escena viviente desde niño, representa la bajada de los platillos voladores en la India; allí será en donde el hijo de dios, construirá una ciudad a la que llamará la Jerusalen Celeste; esta ciudad será de una desconocida ciencia; no será ciencia de hombres; el hijo de dios empleará en su construcción, ciencia solar; esta ciencia ordena amorosamente a las moléculas de la materia por vía mental; divino Padre Jehova, si esta ciencia es mental, ¿cuánto demorará el hijo de dios, en construír la Jerusalem Celeste?; él podría construírla en un cerrar y abrir de ojos; más, para hacer cumplir la divina escritura, empleará tres días; aún así será un hecho inaudito; porque jamás ojos humanos vieron prodigio alguno; esta ciudad será totalmente de piedras preciosas, y de una geometría arquitectónica, que recordará a las lejanas galaxias del cosmos; la Jerusalem Celeste representará el punto de partida, del nuevo Reino; el Reino ó Mundo de los niños genios; se cumplirá en la India, lo que por siglos estaba anunciado en el divino evangelio de dios.-
Escrito por Alfa y Omega.-
Ortografía original de los Rollos.-

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